“Procedemos de Dios.
Como el árbol de la raíz
y el arroyo del manantial;
por eso debemos quedar siempre
en comunicación con El,
como el tronco a la raíz.
Pues el arroyo se seca cuando
se lo separa de su manantial
y el árbol fenece cuando
es arrancado de sus raíces”.
Pitágoras.
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