
El hombre al enfrentar la adversidad tiene siempre dos caminos, dos opciones; una es robotizarse, convertirse en un elemento meramente físico, dejarse empujar por el viento, por las olas; otra, poder dominar el viento, las olas. Si arrojáis a un río un tronco y una barca ambas flotan y pueden llevar personas encima, pero el tronco tiene que ir con la corriente del agua, lo moverá el viento, golpeará con las piedras, sin embargo, la barca seguirá adelante más allá de las piedras y los vientos porque tiene timón y un ser pensante que la dirige, porque tiene un ente espiritual que la lleva adelante.
Debemos recrear el espíritu caballeresco, al caballero, al hombre que puede sobrevivir solo, que no tiene miedo a las cosas, y si lo tiene se aguanta y sigue adelante, al hombre que aunque crea que hay fantasmas, trasgos y dragones, también cree que existe la mujer ideal, que existe un principio de honor, que existe la palabra empeñada y la fuerza del juramento dado.
Debemos transformar también a la mujer objeto en la mujer ideal. La mujer objeto puede ser atractiva por un momento, pero nos hace falta la mujer ideal con la cual no solamente podamos compartir una cama, sino también un sueño. E igual la mujer respecto al hombre. Debemos compartir sueños y entes espirituales, fuertes y rotundos que nos permitan ir hacia arriba y hacia adelante.
El hombre no solamente necesita pan y abrigo. Además necesitamos dignidad, que no nos quiten un retazo de honor, que no nos quiten un poquito de aventura, pues es lo que nos diferencia de los animales. Los elementos espirituales, religiosos, subjetivos, metafísicos, ontológicos, son los que nos difrencian de los animales. Además necesitamos un sueño, una esperanza, una intensa vida espiritual. Y este mundo materialista y fracasado, este mundo triste y bajo, nos ha quitado lo mejor que teníamos.
Tenemos que retornar a una ecología cósmica y a una ecología humana. Lo que nos hace falta es algo nuevo. Todos los sistemas que hemos estado utilizando hasta ahora están corruptos, podridos y vencidos, no nos llevan absolutamente a nada. Necesitamos actos heroicos, poesía, una liberación interior.
Debemos retomar el sagrado sendero de la eterna juventud; debemos robustecernos por dentro y por fuera y dejar de tener miedo a la vida. La vida es una aliada, es bella, y a pesar de sus adversidades, nos permite existir y experimentar.
Lo que sirve es la verticalización del hombre, encontrar los valores reales, la fuerza interior, que no nos falta, sino que está escondida, hace falta buscarla, golpear en su puerta, porque simplemente está dormida. Debemos tener fe en nuestra marcha, en nuestros pasos".

Fragmentos Conferencia en Marzo 80
"EL SUPERHOMBRE O EL INFRAHOMBRE" Jorge Angel Livraga Rizzi
"EL SUPERHOMBRE O EL INFRAHOMBRE" Jorge Angel Livraga Rizzi
1 comentario:
He aqui un canto sagrado, nacido del corazon palpitante de lo Divino, para beneficio del que lo lea, pero nacido para enseñar a la gente, el arte antiguo milenario del buen vivir, tal vez olvide todos sus conceptos de como ser una Dama y un Caballero, pero queda la Idea grabada en mi prisionera Alma. Bravo Señor!!!
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