domingo, 12 de julio de 2009

EL ORACULO DE LA LUNA


"Por sorprendente que pueda parecer, no es la muerte lo que más miedo nos da.... sino la vida.

Nos aferramos a ella, pero no la vivimos. O, más bien, nos agarramos a la existencia. Pero existir es un hecho, mientras que vivir es un arte.

Somos llamados a convertirnos en los autores de nuestra vida. Como si se tratara de una obra de arte, para empezar, debemos quererla; luego, imaginarla, pensarla; y por último, modelarla, esculpirla, y hacerlo a través de todos los acontecimientos, dichosos o desgraciados, que sobrevienen sin que podamos impedirlo. Aprendemos a vivir como aprendemos a filosofar o a cocinar. Y el mejor educador de la vida es la propia vida y la experiencia que podemos sacar de ella.

Nos da miedo abrirnos plenamente a la vida, acoger su flujo impetuoso. Preferimos controlar nuestras existencias llevando una vida estrecha, acotada, con las menores sorpresas posibles.

El ser humano tiene miedo de la vida y busca sobre todo la seguridad de la existencia. En resumidas cuentas, intenta sobrevivir más que vivir. Y sobrevivir es existir sin vivir....y es ya morir.

Pasar de la supervivencia a la vida es una de las cosas más difíciles que hay. Asimismo, es muy difícil y aterrador aceptar ser los creadores de nuestra vida. Preferimos vivir como ovejas, sin reflexionar demasiado, sin correr demasiados riesgos, sin atrevernos demasiado a avanzar hacia nuestros sueños más profundos, que son, sin embargo, nuestras mejores razones para vivir. Tú existes, mi joven amigo, desde luego, pero al pregunta que debes hacerte es; ¿estoy vivo?

La vía mística es una vía peligrosa. Es peligrosa para los que tienen el espíritu frágil y creerán que se han convertido en Dios cuando simplemente están un poco más locos. Y es peligrosa también para los doctores de la Ley, a quien no les gustan los que tienen la experiencia de lo divino y discuten sus decretos jurídicos.

El camino del hombre espiritual es más amplio y más sencillo. Ese camino no está descrito en ningún libro de ninguna religión, pero coincide en la cima con los mejores itinerarios descritos por los libros sagrados. Todos, hombres, mujeres, niños, ricos y pobres pueden seguirlo

La esencia de la vida espiritual está más allá de la moral y de la religión. Es a la vez mucho más sencilla y mucho más difícil de cumplir. La esencia de la vida espiritual es....decir "sí" a la vida. No con resignación, sino con confianza y amor. Así distinguimos la presencia de Dios oculta en el corazón de todo acontecimiento. La confianza en ese futuro ya en marcha es el motor del camino espiritual. Y su fundamento es la apertura a la vida, a lo bueno y a lo aparentemente menos bueno que esta nos ofrece."


Fragmentos de EL ORACULO DE LA LUNA de Frederic Lenoir

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