"Desde la creación del mundo, se sabe que el ser humano no es un edificio vacío , sino que alberga dentro de sí un gran número de habitantes.
Los indeseables son, pues, criaturas de un orden inferior que se instalan en el hombre y le inspiran todo tipo de actos reprobables e insensatos, hasta aniquilarlo. Porque cuando el hombre ha albergado a esos espíritus, es su prisionero, no puede ya deshacerse de ellos. Algunas veces, por la gracia divina o cuando ha pagado ya su karma y el plazo ha vencido, unos amigos del cielo le ayudan a echarlos, pero no es frecuente, nada frecuente; hay que haberlo merecido, hay que haberse esforzado mucho.
El hombre los atrae cada vez que éste no mantiene una pureza irreprochable en sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos, prepara las condiciones para que vengan estos indeseables.
Si mantenéis en vosotros ciertos pensamientos, ciertos deseos o sentimientos que no son ni luminosos ni puros, aparecen inmediatamente unas entidades determinadas a quienes les gusta estas impurezas y se instalan en vosotros para alimentarse de ellas; pero si os purificáis, si os volvéis razonables, estas entidades os dejan y entonces podéis estar tranquilos.
Cada pensamiento, cada sentimiento que pasa a través del hombre emite unas corrientes electromagnéticas favorables al bien o al mal. Así es como el hombre puede atraer a los espíritus más luminosos, a los más evolucionados, y rechazar a las criaturas malhechoras que entonces son absorbidas por el centro de la tierra; o bien, por el contrario, atrae las larvas, los elementales, los demonios, y en ese momento los espíritus luminosos que habían venido ayudarle se van porque no pueden soportar las emanaciones nauseabundas que los demás producen.
Cuando os sentís de repente molestos, desgraciados o invadidos por los deseos o los sentimientos más inferiores, es que estáis siendo visitados por indeseables. Porque habéis preparado el alimento para ellos.
Los vicios no son otra cosa que criaturas que se han instalado en el ser humano para hacer de él su esclavo. Son seres invisibles que el hombre debe alimentar porque les ha invitado, les alberga; y ahora les ha fortalecido tanto que está absolutamente dominado por ellos, no consigue desembarazarse de ellos. Es posible vencerles, amaestrarles, pero hace falta para ello una voluntad y un saber extraordinarios.
¿Cuáles son los medios para no atraer indeseables? El primero es la pureza (comprendida en todos los campos) y después el calor y la luz. La pureza les deja morir de hambre, porque en la pureza no hay alimento para los indeseables. La luz les espanta y aleja, y el calor les hace secarse y los quema.
Tener luz es conocer la realidad de las cosas, y por lo tanto comprender muy claramente esta cuestión; tener calor es tener mucho amor por un ideal divino; y tener pureza es llevar una vida ejemplar para no permitir a esas criaturas acercarse y aposentarse.
Omraam Mikhael Aivanhov
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