Mira el signo sutil que los dedos del viento
hacen al agitar el tallo que se inclina
y se alza en una rítmica virtud de movimiento
Con el aureo pincel de la flor de la harina
trazan sobre la tela azul del firmamento
el misterio inmortal de la tierra divina
y el alma de las cosas que da su sacramento
en una interminable frescura matutina
Pues en la paz del campo la faz de Dios asoma
De las floridas urnas místico incienso aroma
el vasto altar en donde triunfa la azul sonrisa
Rubén Darío
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