K.H.
Un gran hombre es aquel que es más fuerte en el ejercicio de la paciencia " K.M.
Mire a su alrededor, amigo mío, vea los "tres venenos " feroces en el corazón del hombre: -la ira, la codicia, el engaño- y las cinco oscuridades : la envidia, la pasión, la duda, la pereza y la falta de fe, obstaculizando siempre su visión de la verdad" K.M
«No dudes, porque la misma naturaleza de la duda desalienta y retrasa el progreso de uno.»
K.H.
«Al recorrer tu propio y espinoso sendero, te digo nuevamente, valor y esperanza.»
K.H.
«No fue una frase sin sentido del Tathagata la de que ‹aquel que se domina a Sí mismo es más grande que el que vence a millares en el campo de batalla›; no hay ninguna otra lucha tan difícil. Si no fuera así, el adeptado no seria más que un logro fácil.»
K.H.
«La corona del vencedor es sólo para aquel que se prueba a sí mismo que es digno de llevarla; para aquel que ataca a Mara sin ayuda y conquista al demonio de la codicia y de las pasiones terrenales; y no somos nosotros sino él el que se la ciñe.»
K.H.
«Jamás nos lamentamos ante lo inevitable, pero tratamos de sacar el mejor partido posible.»
K.H.
Lo que quise significar con ‹Destacamento de avanzada› fue que, cuando uno considera la magnitud de la tarea a llevar a cabo por nuestros voluntarios teosóficos, y especialmente la cantidad de medios de acción alineados y dispuestos a ser alineados por la parte contraria, muy bien podemos compararla a uno de aquellos desesperados esfuerzos contra una mayoría aplastante que los verdaderos soldados se enorgullecen de intentar.»
K.H.
«Sé valiente para la Verdad y para la Fraternidad, y Nosotros estaremos contigo a través de las edades.»
K.H.
«Guárdate, pues, de un espíritu falto de caridad, porque se lanzaría como un lobo hambriento en tu camino y devoraría las mejores cualidades de tu naturaleza que han estado floreciendo en la vida.»
K.H.
«Incluso como simple miembro, mucho más como dirigente, deberías aprender que puedes enseñar, que puedes adquirir conocimiento espiritual y fortaleza, que el trabajo puede depender de tí, y que las atribuladas víctimas de la ignorancia pueden aprender de tí la causa y el remedio de su dolor.»
K.H.
«Tened confianza en vosotros mismos, como Nosotros la tenemos en cada uno de vosotros, pues no hay un solo miembro de la Sociedad sin una ligazón con Nosotros, o cuya ayuda Nosotros no necesitemos. ¿No os hemos escogido a cada uno de vosotros porque os necesitamos? Vosotros os necesitáis unos a otros y Nosotros os necesitamos a todos.»
K.H.
«Una vez conseguido esto, únicamente entonces, en efecto, serán de utilidad estas manifiestas simpatías para poner al HOMBRE en contacto con... esa ligazón energética que une el Cosmos material con el Inmaterial –Pasado, Presente y Futuro– y estimulan sus percepciones a fin de comprender claramente no sólo todas las cosas de la materia sino las del Espíritu también.»
K.H.
«Sólo el progreso que uno hace en el estudio del conocimiento de lo Arcano desde sus elementos más rudimentarios le lleva, gradualmente, a la comprensión de nuestros designios. Únicamente así y no de otro modo se logra, fortaleciendo y puliendo esos lazos misteriosos de simpatía entre los hombres inteligentes. Fragmentos temporalmente aislados del Alma universal y la misma Alma cósmica, llevándolas a una completa armonía.»
K.H.
«¿Pensáis que la verdad os ha sido enseñada para vuestro único beneficio? ¿Que nosotros hemos roto el silencio de siglos en provecho tan sólo de un puñado de soñadores? Las líneas convergentes de vuestro Karma os han conducido a todos y a cada uno de vosotros a esta Sociedad [Teosófica] como a un foco común para que cada uno de vosotros pueda contribuir a aprovechar los resultados de vuestros comienzos interrumpidos en la última encarnación.»
K.H.
«¿Puede alguno de vosotros estar tan ciego como para suponer que éste es vuestro primer contacto con la Teosofía? Seguramente que os daréis cuenta de que esto seria lo mismo que decir que los efectos llegan sin las causas. Sabed, pues, que ahora depende de cada uno de vosotros el que, de ahora en adelante, luchéis solos por la sabiduría espiritual durante esta encarnación y las siguientes, o bien en compañía de vuestros actuales compañeros y ayudados enormemente por la mutua aspiración y simpatía. Bendiciones para todos los que las merezcan.»
K.H.
«Lo dejamos a nuestros servidores, los dugpas a nuestro servicio, dándoles carta blanca por el momento y con el único propósito de poner de manifiesto toda la naturaleza interna del chela, la mayor parte de cuyos recovecos y escondrijos seguirían siendo oscuros y permanecerían ocultos para siempre, si no hubiera una oportunidad para ser examinados a su vez cada uno de ellos.»
K.H.
«La Naturaleza ha unido todas las partes de su Imperio por medio de sutiles hebras de simpatía magnética, y existe una mutua correlación incluso entre una estrella y un hombre; el pensamiento corre más veloz que el fluido eléctrico y tu pensamiento me encontrará si está movido por un impulso puro, como el mío encontrará, ha encontrado y, a menudo, ha impresionado tu mente.»
K.H.
«Cualquier preocupación que parezca cernirse sobre tí, recuerda que yo estoy contigo.»
K.H
«No te ordenaré, ni te hipnotizaré, ni te influiré. Pero invisible, y aún cuando tal vez, como tantos otros, llegues a dudar de mi existencia, yo vigilaré tus pasos y me identificaré con tus esfuerzos.»
K.H.
«Igual como el agua de un depósito lleno va a parar a uno de vacío conectado con él, e igual como el nivel común se alcanzará más pronto o más tarde según la capacidad del tubo que los comunica, así se trasvasa el conocimiento del adepto hacia el chela; y el chela alcanza el nivel del adepto según sus capacidades receptivas. Al mismo tiempo, el chela, al ser un individuo, una evolución separada, inconscientemente comunica al maestro las características acumuladas de su mentalidad. El maestro absorbe su conocimiento.»
K.H.
«Y cuanto mayores son los poderes del Adepto, menos está en armonía con la naturaleza del profano que, a menudo, llega a él saturado de las emanaciones del mundo exterior, esas emanaciones animales de la egoísta y brutal muchedumbre que tanto tememos; cuanto más tiempo hace que se separó, y cuanto más puro haya llegado a ser, más difícil es la tarea que se ha impuesto a sí mismo.»
K.H
«Es un dicho familiar que una pareja bien avenida ‹crecen juntos› hasta llegar a un estrecho parecido, lo mismo en los rasgos que en la mente. Pero habéis de saber que entre el adepto y el chela, entre el maestro y el discípulo, se forma gradualmente un lazo más estrecho; pues el intercambio psíquico está regulado científicamente, mientras que entre el esposo y la esposa la naturaleza se deja abandonada a sí misma.»
K.H.
«No puedo trabajar más que con aquellos que quieren trabajar con nosotros.»
K.H
«Las peculiares condiciones físicas, morales e intelectuales de los neófitos y las de los Adeptos varían mucho igualmente, como cualquiera comprenderá fácilmente; así pues, en cada caso, el instructor tiene que adaptar sus condiciones a las del discípulo, y el esfuerzo es terrible, porque para lograr éxito hemos de situarnos en completa armonía con el sujeto bajo entrenamiento.»
K.H.
«Para obtener buenos resultados en las ciencias ocultas es necesario una asociación de poderosas fuerzas magnéticas ‹afines›, pero de distintas polaridades centradas alrededor de una idea dominante. En lo que una sola fracasaría, todas juntas lo lograrán.»
K.H.
La unión siempre hace la fuerza; y puesto que el Ocultismo en nuestros días se parece a un ‹Destacamento de Avanzada›, la unión y la cooperación son indispensables. La unión implica realmente una concentración de fuerzas vitales y magnéticas en contraposición a las hostiles corrientes de fanatismo y prejuicio.»
K.H.
«El adepto es la rara eflorescencia de una generación de investigadores; y para llegar a ser un adepto tiene que obedecer el impulso interno de su alma, prescindiendo de las consideraciones prudenciales de la perspicacia o de la ciencia del mundo.»
K.H.
«Tienes razón, es más meritorio cumplir el deber de uno sin ningún ánimo de recompensa que estar tratando de sacar partido de las propias acciones.»
M.
«Sin embargo, mi primer deber es para mi Maestro. Y el deber, permite que te lo diga, es para nosotros más fuerte que cualquier amistad e incluso que cualquier amor; puesto que, sin este firme principio que es la base indestructible que ha mantenido unidos durante tantísimos milenios a los custodios dispersos de los grandes secretos de la naturaleza, nuestra Fraternidad, aún más, nuestra doctrina misma, se hubiera desintegrado hace mucho tiempo en átomos irreconocibles.»
K.H.
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