"El liberalismo habla y habla sobre la libertad, pero la libertad no es un fin en sí, sino un medio, pues la libertad es buena si tiene buenos fines, pero la libertad puede ser ariete que derrumbe las protecciones y que, respondiendo a bajos intereses, atente contra el destino de una nación.
Los sedientos hablan del agua, los hambrientos de pan y de libertad hablan los esclavos. Si damos a los pueblos conciencia de que ya no son esclavos, o sea, si les damos auténtica libertad, dejarán de esterilizarse en ensoñaciones sobre libertades abstractas, que más los adormecen que los despiertan.
Hace falta orden, trabajo y nivel digno de vida; la libertad bien entendida vendrá por añadidura como natural marco, en una sociedad bien constituida. Mientras haya ignorancia, hambre y miedo, no podrá haber libertad.
Un pueblo no es libre porque vota, sino que es libre cuando vive.
Un pueblo no es libre cuando escribe y lee, sino cuando se le ha instruído y fortalecido como para que, indirectamente, los comerciantes de sus debilidades no lo exploten en aquello que importa, dándole para que juegue y se distraiga, venenos en forma de literatura, televisión y cine corrompidos.*
La libertad suele ser un agujero en nuestras murallas, por donde se meten las alimañas. En su nombre, el comunismo internacional ha ocupado las universidades, el anarquismo primitivo, los gremios; el desorden, nuestros hogares; y hasta las propias congregaciones religiosas se han olvidado de las Almas para ocuparse de anticonceptivos y huelgas.
Debemos preguntarnos: ¿qué es más importante: un sistema político o nuestras patrias, nuestros pueblos, nuestra vida? ¿Vale la pena sacrificar todo lo bueno y noble, nuestra misma felicidad, por aferrarnos con fanatismo al culto de un dios político que nos adormece y permite las peores injusticias?
En nombre de la libertad nos vamos debilitando, y las potencias extranjeras hipotecan las riquezas y comprometen a los países en aventuras bélicas que les son ajenas. En nombre de la libertad, los obreros y campesinos son condenados a la privación y a la ignorancia. En nombre de la lbertad, la juventud se corrompe y debilita.
Sí, libertad, pero ¿para qué? Esta libertad que conocemos es una burla; es tan sólo libertinaje.
Jorge Angel Livraga Rizzi- 1976-fragmentos
*sigue de actualidad tristemente y vemos las consecuencias
*sigue de actualidad tristemente y vemos las consecuencias
No hay comentarios:
Publicar un comentario