sábado, 2 de julio de 2022

Sobre la Orden del Temple y sus copias deformadas

 

La Orden del Temple fue la última sociedad secreta que poseyó colectivamente algunos de los misterios orientales, aunque tanto en el siglo pasado como en nuestros días hubo, y tal vez hay, “hermanos” aislados que fiel y secretamente trabajaban bajo la dirección de las fraternidades orientales y que al afiliarse a alguna asociación masónica de Europa la instruyeron en todo lo que de importante han sabido los masones, lo cual explica la analogía entre los Misterios de la antigüedad y los grados superiores de la masonería. Estos misteriosos hermanos jamás descubrían, ni aun entre sí, los secretos de la asociación a que se afiliaban, pues eran mucho más sigilosos que los mismos masones, y cuando consideraban a alguno de éstos digno de su confianza le iniciaban secretamente en los misterios orientales, sin que los otros supieran ni una palabra más de lo que sabían. 

Nadie ha podido sorprender la actuación de los rosacruces, cuyo organismo y finalidad son todavía, como siempre lo fueron, desconocidos para el mundo, y más particularmente para su enconado enemigo el clericalismo, a pesar de los supuestos descubrimientos de cámaras secretas, velarios llamados “T” y fósiles caballeros de lámparas perpetuas, y a pesar también de las engañosas confesiones que el tormento arrancaba a los teósofos, alquimistas, cabalistas, fingidos templarios y falsos rosacruces que murieron en la hoguera. 

En cuanto a los modernos caballeros templarios y a las logias masónicas que pretenden descender directamente de la antigua Orden del Temple, no poseen ni poseyeron nunca ningún secreto peligroso para la Iglesia, cuya persecución contra ellos tuvo desde un principio apariencias de farsa, pues, según dice Findel, los grados escoceses, o sea la ordenación templaria, data tan sólo de los años 1735 a 1740, y siguiendo sus tendencias católicas, establecieron su residencia principal en el colegio de jesuitas de Clermont, en Paris, por lo que se le denominó rito de Clermont. 

El actual rito sueco tiene también algo del elemento templario, pero está libre de la influencia jesuítica y no se entremete en política104. 

Sobre la presumida filiación de los actuales caballeros templarios dice Wilcke: 

Los actuales caballeros templarios de París pretenden descender directamente de la antigua Orden y tratan de probarlo por medio de sus reglas internas, enseñanzas secretas y otros documentos. Según Foraisse, la masonería nació en Egipto y Moisés comunicó sus enseñanzas a los hebreos, Jesús a los apóstoles, y por este camino llegaron hasta los templarios. Todas estas invenciones necesitan los templarios parisienses para apoyar su pretensión sin que las apoye la historia, pues todo este artificio se tramó en el Capítulo superior de Clermont al amparo de los jesuítas, que por entonces contaban con el favor de los Estuardos. 

De aquí que el obispo Gregoire105 y Münter106 se declaren en pro de los actuales templarios. 

Entre éstos y los antiguos no hay a lo sumo otra analogía que la adopción de ciertos ritos y ceremonias de índole eclesiástica, astutamente incorporadas por el clero a la antigua Orden, que desde entonces fué perdiendo la primitiva sencillez de carácter hasta su total ruina. 

La Orden del Temple fué instituida el año 1118 por Hugo de Payens y Godofredo de Saint–Omer con el aparente propósito de proteger a los peregrinos de Jerusalén, pero con el verdadero objeto de restaurar el primitivo culto secreto. Teocletes, sumo 104 Los masones suecos afirman que poseen el testamento original de Molay por habérselo entregado un sobrino de éste, el conde Beaujeu (de quien dice Findel: jamás se le ha oído nombrar en parte alguna), que incorporó en la masonería el espíritu de los templarios y de este modo pudo erigirle a su tío un sepulcro. Sin embargo, para demostrar que todo esto es pura fábula masónica, hasta la consideración de que Molay fué ejecutado el 19 de Marzo de 1313, y en el sepulcro aparece inscrita como fecha de la inhumación el 11 del mismo mes y año. Este rito híbrido, que no es ni verdaderamente templario ni genuinamente masón, no arraigó en Alemania, aunque el caso sea muy distinto en Francia. 105 Historia de las sectas religiosas, II, 392, 428. 106 Noticia codicis græci evangelium Johannis variatum continentis. 1828.  sacerdote de los nazarenos juanistas, instruyó a Hugo de Payens en la verídica historia de Jesús y del cristianismo primitivo, y posteriormente otros dignatarios de la misma secta le iniciaron en sus misterios107. Su oculto designio era libertar el pensamiento y restaurar la religión única y universal. En un principio hacían voto de pobreza, castidad y obediencia, de suerte que fueron los verdaderos discípulos del Bautista, que se alimentaba en el desierto de langostas y miel silvestre. Tal es la verdadera y tradicional versión cabalística. 

Es un error creer que la Orden de los templarios no se declaró contra el dogma católico hasta sus últimos tiempos, pues desde un principio fué herética en el sentido que la Iglesia da a esta palabra. La cruz roja sobre manto blanco simbolizaba, como entre los iniciados de los demás países, los cuatro puntos cardinales del universo108. Cuando más tarde tomó la Orden carácter de logia y comenzaron las persecuciones, hubieron de reunirse los templarios muy secretamente en la sala capitular, y para mayor seguridad en cuevas o chozas levantadas en medio de los bosques, con objeto de practicar las ceremonias propias de su institución, al paso que en las capillas públicas celebraban el culto católico. 

Aunque eran infamemente calumniosas la mayor parte de las acusaciones levantadas contra los templarios a instigación de Felipe IV de Francia, había fundamento para inculparles de herejía, según el criterio dogmático de la Iglesia romana. Los actuales templarios no pueden conciliar su fe en la Biblia con la pretensión de ser directos descendientes de aquellos nazarenos que no creían en la divinidad ni en la misión redentora de Cristo ni en sus virtudes taumatúrgicas ni en los principales dogmas católicos, como la transubstanciación, los santos, las reliquias y el purgatorio. El Cristo era para los nazarenos un falso profeta; pero a Jesús lo respetaban como hermano. San Juan Bautista era su Maestro; pero nunca le tuvieron en el concepto que lo tiene la Biblia. Por otra parte, respetaban las doctrinas de la alquimia, astrología y magia, así como los talismanes cabalísticos y seguían las enseñanzas de sus jefes. 

107 Esta es la razón de que los nazarenos de Basra (Persia) recuerden aún hoy en día la gloria, riqueza y poderío de sus hermanos, agentes o mensajeros en la isla de Malta y el continente europeo. Según estos nazarenos todavía quedan en Occidente unos cuantos hermanos que tarde o temprano restaurarán la doctrina de su profeta Iohanan (San Juan Bautista), el hijo del señor Jordán , desarraigarán del corazón de los hombres las falsas doctrinas. 108 La planta de las pagodas de Madura y Benares tiene forma de cruz de brazos iguales entre sí. (Maurio: Antigüedades de la India, III, 360, 376). 


Sobre el particular dice Findel: 

En el siglo pasado, cuando la masonería se consideraba engañosamente hija de los templarios, era muy difícil creer en la inocencia de esta Orden, pues se acumularon contra ella multitud de patrañas e imputaciones no comprobadas, con deliberado propósito de sofocar la verdad. Los masones, admiradores de los templarios, recogieron la documentación del proceso, publicada por Moldenwaher, en donde se probaba la culpabilidad de la Orden109. 

Esta culpabilidad consistía únicamente en su discrepancia de los dogmas de la Iglesia romana. Mientras los verdaderos “hermanos” sufrían muerte ignominiosa, los hermanos espurios formaron una secuela de los jesuítas, por lo que los masones sinceros deben rechazar con horror toda relación con ellos, dejándolos solos con su ascendencia. 

Dice sobre la materia el comandante Gourdin: 

Los caballeros de San Juan de Jerusalén, llamados también hospitalarios y de Malta, no eran masones sino que, por el contrario, parecen haber sido enemigos de la masonería, porque el año 1740 el Gran maestre de la Orden de Malta ordenó publicar en esta isla la bula pontificia de Clemente XII y prohibió bajo severas penas las reuniones masónicas. Con este motivo se marcharon de la isla algunos caballeros y muchos ciudadanos, y al año siguiente, 1741, la Inquisición empezó a perseguir a los masones. Seis caballeros fueron desterrados perpetuamente de la isla por haber asistido a una reunión masónica. Al revés de los templarios, no tenían los caballeros de Malta ceremonia secreta para el ingreso en la Orden, y por esto le fué imposible a Reghellini procurarse un ejemplar del ritual secreto, pues no le había110.

Sin embargo, los masones caballeros templarios comprenden tres grados: Rosacruz, Templario y de Malta111. Así es que no pueden envanecerse los caballeros templarios de la herencia recibida de los jesuitas, pues no tienen más remedio que aceptar la descendencia de los primitivos herejes y anticristianos cabalistas templarios, o confesar su filiación jesuítica y tender sus cuadriculadas alfombras sobre la plataforma del ultramontanismo. De lo contrario, no pasarán de pura pretensión sus alegaciones.

La pseuda y clerical orden de los templarios tuvo origen en Francia al amparo de los adictos a los Estuardos, según afirma Dupuy; y como sus favorecedores no han perdonado medio para encubrir su procedencia jesuítica, no es extraño que un autor anónimo112 se esfuerce en defender a los templarios de la inculpación de herejías, con lo que despoja a aquellos mártires del librepensamiento de la aureola de respeto que se habían aquistado. 

La falsa orden de los templarios se fundó en París el 4 de Noviembre de 1804 con una constitución amañada al efecto, y desde entonces ha venido contaminando a la masonería legítima, según declaran los más conspicuos masones. La Carta de transmisión 113 tiene visos de tan remota antigüedad, que, según confiesa Gregoire114, le hubiera bastado este documento para desvanecer toda duda respecto a la procedencia de la orden115. 

El jesuita conde de Ramsay fué el primero en exponer la idea de que los templarios se habían refundido con los caballeros de Malta. Dice a este propósito: 

Nuestros ascendientes los cruzados se reunieron en Tierra Santa desde todos los puntos de la cristiandad y resolvieron constituir una fraternidad que comprendiese a todas las naciones, con objeto de que ligadas en corazón y alma se mejoraran mutuamente y pudiesen con el tiempo representar un solo pueblo intelectual. 

Por esta razón se unieron los templarios a los caballeros de San Juan, quienes constituyeron una hermandad masónica denominada “Masones de San Juan” . En el Sello rasgado (1745) se lee la siguiente impudentísima falsedad, digna de los hijos de Loyola: “Las logias estaban dedicadas a San Juan, porque cuando las guerras santas de Palestina los caballeros masones se refundieron con los caballeros de San Juan”. 

Según afirma Thory, el año 1743 se inventó en Lión el grado de caballero Kadosh, que simboliza la venganza de los templarios. Sobre lo cual dice Findel:

La orden del Temple fué abolida en 1311, y los caballeros se vieron en la precisión de secularizarse en 1740 por no serles posible mantener su unión con la orden de San Juan de Malta, algunos de cuyos individuos habían sido desterrados de la isla por masones, pues la orden estaba entonces en la plenitud de su poderío y bajo la soberanía del romano pontífice.

 112 Que, según toda probabilidad, pertenecía al colegio de jesuitas de Clermont. Publicó la obra en Bruselas el año 1751, con multitud de notas mutiladas, adiciones y comentarios. 113 Tabula aurea Larmenii. 114 Cita de Findel en el Apéndice a su Historia de la masonería. 115 El primer Gran Maestre de esta orden espuria fué el médico de París Fahre–Palaprat, que tomó el nombre de Bernardo Raymond.

Por su parte, Clavel, una de las más prestigiosas autoridades de la masonería, añade a este propósito: 

Es evidente que la orden francesa de los caballeros templarios no remonta más allá de 1804, y que en manera alguna puede titularse sucesora de la sociedad denominada: Resurrección de los Templarios ni tampoco ésta se dilata en su origen a la genuina y primitiva orden del Temple. 

Así vemos que los templarios bastardos forjan en el año 1806 en París, bajo la dirección de los jesuítas, el famoso Estatuto Larmenio, y veinte años más tarde, ya constituidos en asociación tenebrosa, mueven manos asesinas contra uno de los más nobles príncipes de Europa, cuya muerte quedó en el misterio por intrigas políticas con afrenta de la verdad y la justicia. Este príncipe, afiliado a la masonería, fué el postrer depositario de los secretos de los legítimos caballeros templarios, que durante cinco siglos habían eludido toda indagación y celebrado reuniones trienales en Malta116, mientras los falsos templarios, los caballeros papistas, dormían tranquilamente, sin remordimiento de sus crímenes. 

Dice a este punto Rebold: 

Y a pesar de todo, no obstante el embrollo que los jesuítas armaron de 1763 a 1772, sólo habían logrado entre sus diversos propósitos el de desnaturalizar y desprestigiar la institución masónica, y para complementar su disolvente labor organizaron una orden titulada: Oficialidad de los Templarios en confusa amalgama del espíritu de las cruzadas con las quimeras de los alquimistas, que estuvo desde un principio supeditada al clericalismo y se movió como sobre las ruedas representativas del propósito que presidiera la fundación de la Compañía de Jesús117.

De aquí que, a pesar del origen precristiano de la masonería, se hayan incorporado todos sus ritos y símbolos al cristianismo y de que éste le haya comunicado su sabor, pues antes de que el neófito sea admitido en la logia ha de afirmar su creencia en un Dios personal118 y asimismo en Cristo con relación a los grados del Campamento, mientras que los primitivos templarios creían en el desconocido e invisible Principio de 116 Se reunían en número de trece en conmemoración de la muerte de Jacobo de Molay, ocurrida el año 1313 y acudían de diversos países previa convocatoria del Gran Maestre. En estas reuniones se trataba de los destinos políticos y religiosos de las naciones, pues entre los reunidos había algunas testas coronadas. 117 Rebold: Historia general de la masonería, 218. 118 Concepto idéntico al del Jehovah hebreo. H. P. BLAVATSKY Isis Sin Velo Tomo IV 40 que emanan las potestades creadoras, impropiamente denominadas dioses, y se atenían a la versión nazarena, según la cual fué Ben–Panther el pecador padre de Jesús, quien se proclamó “hijo de Dios y del Hombre”119. Esto da la explicación de los terribles juramentos que sobre la Biblia se exigen a los masones y de la servil analogía de sus leyendas con la cronología bíblica. Así, por ejemplo, al conferir el grado de rosacruz, forman en línea los caballeros, y al acercarse el neófito al altar procede el capitán de la guardia a proclamarlo caballero diciendo: “A la gloria del Gran Arquitecto del Universo120, bajo los auspicios del Soberano Santuario de la antigua y primitiva masonería etc.”. Después, el caballero orador de la logia da un golpe y participa al neófito que las narraciones masónicas se remontan a cuarenta Siglos121 y que hacia el año 2188 antes de J. C. colonizó Mizraim el Egipto y echó los cimientos de una monarquía, cuya duración fué de 1663 años122.

Desde luego, se echa de ver el gran error de cómputo que denota este número, aunque concuerde piadosamente con la cronología bíblica. Por otra parte, los nueve nombres míticos de la Divinidad que, según los masones, se conocieron en Egipto en el siglo XXII antes de J. C., se encuentran en monumentos de doble antigüedad, en opinión de los más notables egiptólogos, sin contar con que los masones desconocen dichos nombres. 

119 Consúltense sobre el particular las obras siguientes. Versión de Gafferrel; Levi: La ciencia de los espíritus; Mackenzie: Real enciclopedia masónica; Sepher Toldoth Jeschu, y otros tratados rabínicos y cabalísticos. La leyenda dice así: “La virgen Maria, prometida al joven Iohanan, fué violada por Ben Panther, a quien el Sepher Toldoth Jeschu llama José Panther. Noticioso Iohanan de la desgracia de su prometida, rompió con ella. Fruto de aquella culpa fue el niño Jesús, llamado Joshua, que prohijado por su tío el rabino Jehosuah, inicióle en la doctrina secreta el rabino cabalista Elhanan y después perfeccionó su educación en manos de los sacerdotes egipcios, quienes le consagraron sumo pontífice de la universal doctrina secreta en atención a su sobresaliente misticismo. Vuelto Joshua a Judea, su sabiduría y sus virtudes despertaron celos en los rabinos, quienes le echaban en cara su ilegítimo nacimiento e insultaban a su madre. De aquí que en las bodas de Caná le dijese Jesús a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?” (San Juan, II, 4). como sus discípulos le reconvinieran por este despego, dolióse Jesús de ello, y enterado de los pormenores de su nacimiento exclamó: “Mi madre no ha pecado ni ha perdido su inocencia. Es madre, y sin embargo es inmaculada… En cuanto a mí, como no tengo padre en este mundo, soy el Hijo de Dios y de la humanidad”. Estas palabras denotan sublime confianza en el invisible Poder, pero han sido fatales para los millones de seres que murieron a consecuencia de su errónea interpretación. 120 Concepto probablemente análogo al de Jehovah–Binah. 121 Remontan la narración más antigua al año 622 después de Mizraim. 122 Nos referimos al capítulo de los rosacruces norteamericanos.

Lo cierto es que la masonería moderna difiere muy radicalmente de la en otro tiempo secreta confraternidad universal, cuando los adoradores de Brahma, simbolizado en AUM, intercambiaban sus signos y consignas con los devotos del TUM. Entonces eran “hermanos” los adeptos de todos los países de la tierra. ¿Cuál era, pues, aquel Nombre misterioso, aquella poderosa Palabra por cuya virtud obraban maravillas los iniciados indos, caldeos y egipcios? Dice Horus:

Yo conocí los espíritus de An. Por glorioso que sea, no pasa adelante si no me da la Palabra 123. 

En otro himno, el alma transfigurada exclama: 

Abridme el camino de Rusta. Soy el Supremo Ser revestido como el Gran Ser. ¡Ya estoy aquí! ¡Ya he venido! Deliciosos son para mi los reyes de Osiris. Yo creo el agua por virtud de la Palabra. No he visto los secretos ocultos. Yo di verdad al sol. Soy pureza. Me adoran por mi pureza124. 

En la envoltura de una momia se lee: Yo soy el supremo Dios (Espíritu) existente por Sí mismo y creador de Su nombre… Yo conozco el nombre de este supremo Dios que está allí.

Los enemigos de Jesús le acusan de obrar milagros, y los discípulos nos le muestran expeliendo demonios por virtud del Nombre inefable. Los fariseos creían firmemente que Jesús había hurtado del santuario el sagrado Nombre. Los discípulos delatan su creencia en el pasaje siguiente:

Y haciéndolos presentar en medio, les preguntaron: ¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho vosotros esto? Entonces Pedro, lleno de Espíritu Santo, les dijo: 

123 Ritual funerario de los egipcios, capítulo CXV, titulado: “De la ida al cielo y del conocimiento de los espíritus de An (Heliópolis o ciudad del Sol)”. 124 Id., Caps. CXVII y CXIX que tratan de la entrada y salida de la Rusta. 

Sea notorio a todos vosotros… que en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo Nazareno125.

En este pasaje, el nombre de Jesucristo no significa su propio nombre, sino aquel otro Nombre en cuya posesión y conocimiento estaba Jesús de Nazareth por efecto de su iniciación, aunque los judíos le acusaran de haberlo substraído. Además, Jesús afirma repetidamente que siempre obra en el Nombre del Padre y no en el suyo. Pero ¿qué masón moderno ha oído pronunciar este Nombre? El mismo rito masónico declara que lo desconocen, pues el orador le dice al neófito, en el acto de la iniciación, que las consignas recibidas en los grados precedentes son otras tantas corrupciones del verdadero nombre de Dios grabado en el triángulo y que, por lo tanto, lo substituyen con otra palabra. Lo mismo sucede en las logias azules, cuyo Maestro representa al rey Salomón y conviene con el rey Hiram en que la palabra *** substituirá a la del Maestro hasta que tiempos más sabios descubran la verdadera. De los miles de diáconos que ayudaron a iniciar a los neófitos y de los muchos maestros que musitaron al oído del supuesto Hiram Abiffs la mística palabra que les sostenía en los cinco puntos de la hermandad, ¿quién sospechó la verdadera significación ni siquiera de esta palabra sucedánea? No pocos maestros de la masonería actual supondrán que está relacionado con la “medula de los huesos”, porque ignoran que el nombre del místico personaje, llamado venerable MAH por los adeptos orientales que le obedecen, es abreviatura de la primera sílaba de las tres que componen la substituyente palabra masónica. El Mah vive actualmente en un lugar que tan sólo conocen los iniciados, circuido por desiertos impenetrables, que no se atreverán a cruzar los misioneros, porque están llenos de peligros que arredran a los más audaces exploradores. Sin embargo, durante siglos ha estado resonando en los oídos de los neófitos este ininteligible retintín de vocales y consonantes, como si aun tuviese virtud suficiente para desviar de su aéreo curso un vellón de cardo.

Como el cristianismo, es la masonería un cadáver abandonado hace mucho por el espíritu.


fragmentos de ISIS SIN VELO- TOMO IV- pag 48 a 60 (ver notas aclaratorios pues aquí no aparecen todas por dificultades de copia.

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