© 2005 Masami Saionji
Cuando en la Tierra la mayoría de la gente haya empezado a dedicar su energía a creer en sí misma y a preocuparse por los demás, los problemas pendientes y atrasados desaparecerán del corazón humano. Llegado ese momento, los esfuerzos positivos que haremos solo engendrarán efectos positivos. En lugar de acumular problemas pendientes y atrasados, cosecharemos los beneficios de pensamientos, palabras y acciones generosos. El hecho de vivir de forma más expansiva cada día producirá efectos cada vez más luminosos en nuestra vida. Empezaremos a crear un futuro brillante lleno de una felicidad que jamás se pierde ni se deprecia.
Para lograrlo, tenemos que mirar siempre más allá del mundo finito, hacia el reino ilimitado de nuestro potencial resplandeciente. Entonces, aun viviendo en el mundo físico, nos descubriremos en una dimensión de pensamiento más alta. En lugar de revivir problemas pasados, descubriremos que la felicidad, alegría y tranquilidad pasadas se prolongan hasta el presente. Seguros de que nuestra forma de vivir sin reservas creará un futuro cada vez más alegre, anticiparemos una vida radiante frente a nosotros. Seremos capaces de vivir en armonía con los demás, de alegrarnos con ellos y de realzar su vida al tiempo que desarrollamos nuestra habilidad sin límite. Para un ser humano, hacer esto representa la felicidad máxima.
¿Qué es lo que más necesitamos para liberarnos por completo de problemas pendientes y atrasados? Lo que necesitamos no es esfuerzo ni el firme propósito de liberarnos. Lo único que puede liberarnos es la verdad y nada más. El hecho de ignorar nuestra verdad esencial es la sola causa de la infelicidad humana. Conocerla y despertar a ella es lo único que necesitamos.
El motivo de que la gente viva bajo la supremacía de cosas materiales es sencillamente el hecho de que no conocen la verdad. Como no conocemos la verdad acerca de nosotros mismos, hemos estado huyendo desesperadamente de las cosas que causan dolor y persiguiendo con entusiasmo las cosas que proporcionan placer. A resultas de ello, nos han atormentado preocupaciones, ansiedades, miedos, frustración y soledad, además de haber vivido sin esperanza.
La humanidad se enfrenta en la actualidad a una crisis de la que solo se puede salir de una manera. Mientras no despertemos a la verdad, jamás seremos capaces de elevarnos por encima del dolor.
El futuro está esperando a que lo creemos
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