jueves, 22 de mayo de 2014

LA PUREZA INTEGRAL (FÍSICA, PSÍQUICA, MENTAL)



 "No se puede alcanzar la pureza más que cuando
se abren las puertas del alma a la vida espiritual,
cuando uno deja entrar en sí mismo
los rayos del Sol, el amor de Dios y la sabiduría"
OMRAAM MIKHAEL AIVANHOV


"La pureza es la base de todas las demás adquisiciones. Esta es la quintaesencia de la ciencia de todos los fundadores de religión: una vida de pureza.

La pureza equivale a simplicidad; sí, lo puro es lo simple, es decir, lo que no está mezclado, lo que no contiene ningún elemento extraño o contrario al buen funcionamiento o a la armonía del conjunto.


Ningún alimento es perfectamente puro. En el ser humano hay unos aduaneros que examinan los elementos y rechazan todo aquello que no puede entrar en la constitución del organismo.


Cuando tiene preocupaciones, cuando está cansado, deprimido, transtornado, obstaculiza las funciones de todas estas entidades encargadas de hacer la selección, y éstas dejan pasar elementos nocivos que comienzan a acumularse en su organismo. Según su forma de obrar, de comprender las cosas y de sentirlas, el hombre actúa sobre las criaturas que están dentro de él, sus células; y si no es razonable llega a deformarlas, a embotarlas o a pervertir sus gustos. Así es como se introduce la codicia, el desorden y la falta de discernimiento entre los funcionarios que comienzan a no ver las cosas claras y a dejar pasar los elementos nocivos. En el cuerpo físico la pureza es la salud.



De la misma manera, los sentimientos deben ser puros para entrar en la estructura del ser psíquico, porque nuestro mundo de sentimientos es, también, como un organismo que debemos alimentar, y más arriba, en el plano mental, se encuentra otro organismo que también es necesario alimentar con pensamientos.




Así pues, si comemos sentimientos y pensamientos impuros, introducimos en nosotros exactamente las mismas impurezas que cuando absorbemos elementos nocivos para el organismo físico. Se trata de las mismas leyes, de las mismas correspondencias ...


Evidentemente, la pureza en el campo sexual es muy importante, pero cuando hablo de pureza, me refiero sobre todo a la pureza en el pensamiento y en el sentimiento. Porque es primeramente en el pensamiento y en el sentimiento donde uno es desvergonzado y extravagante, y este estado interior produce, a continuación, consecuencias en el plano físico, en el comportamiento sexual.


Un intercambio debe siempre suponer una mejora, un embellecimiento; el amor debe enriquecer siempre a los dos componentes de la pareja.

La cuestión no radica en no amarse, sino en saber elegir para tomar exclusivamente lo que es verdaderamente puro y luminoso, para volverse así uno mismo puro y luminoso. Cuando un chico y una chica están abrazados, no saben que entre ambos se produce una ósmosis, una nivelación de energías.

Sí, en el ámbito electromagnético, en las emanaciones, se produce una ósmosis, a un nivel muy profundo, pues las debilidades del chico van a penetrar en la chica, e inversamente.

Evidentemente, lo mismo sucede con las cualidades. El amor crea una nivelación entre los seres, y por eso, antes de empezar a realizar esta nivelación, la juventud debe conocer la ley de la elección, y al igual que hace con el alimento físico, debe reflexionar antes de comer el alimento astral: estudiar este alimento, saber quién lo ha fabricado, de qué región viene, qué contiene, etc...

Yo no me opongo al sentimiento, jamás he estado en contra de la necesidad de amar, al contrario, porque en ello radica el sentimiento de la vida; pero sí digo que la juventud debe tener discernimiento para saber, en primer lugar, qué elegir o a quién elegir.

El hombre come pan, frutas, verduras, carne, etc ... Pues bien, en el campo de los sentimientos, existe la misma variedad y la misma riqueza de alimentos que en el plano físico. Algunos sentimientos son pura tocinería, sí, morcilla, jamón ; y otros sentimientos son vino, frutas o verduras; pero como los humanos no conocen este mundo de los sentimientos, comen lo que sea y enferman. Es necesario, pues, que aprendan a eliminar todos los elementos que les envenenan : la ira, la maldad, la envidia y, sobre todo, el amor excesivamente sensual, porque en este amor entran un gran número de elementos nocivos.

El hombre sólo debe tomar del amor aquello que puede reconfortarle, iluminarle, curarle.


El verdadero amor consiste en amar a los demás únicamente para que puedan volverse mejores

El día en que el hombre sepa cómo está constituído y conozca cuáles son los otros planos y cómo está continuamente en relación con los seres de estos otros planos, entonces será más cuidadoso, hará una selección, eliminará ciertos elementos, cerrará las puertas a las fuerzas hostiles y únicamente las dejará abiertas a las fuerzas benéficas, armoniosas y constructivas.
Debéis saber que vuestro cuerpo construye con los materiales que absorbéis. Por tanto, si estos materiales no son puros, seréis impuros; si estos materiales son nocivos, estaréis enfermos. Esta es una ley absoluta no sólo en el plano físico sino también en el plano psíquico, en el plano del pensamiento y del sentimiento.




Así como es necesario que el hombre escoja su alimento para su salud, para su belleza, y hasta para su inteligencia, también debe escoger su alimento espiritual. Todo su futuro depende de ello. Según los elementos que absorbe hará de sí mismo un ser carcomido, débil y enfermizo, o bien un ser sólido, resistente, hermoso y expresivo.

Lo repito, tanto en el plano físico, como en el plano astral y mental, encontramos las mismas leyes absolutas.

Diréis: «Pero, entonces, ¿cómo hay que escoger los pensamientos y los sentimientos? ¿Cómo saber si son puros o impuros?» Es muy fácil. Los pensamiento y los sentimientos que son personales y egoístas no pueden ser puros, puesto que están impregnados de elementos procedentes del mundo subterráneo.

Todos los pensamientos y los sentimientos que giran en torno a nuestro interés, nuestra felicidad, nuestro enriquecimiento, nuestro fortalecimiento, sin que aporten nada útil y bueno para el mundo entero, son impuros. Son, por tanto, de fácil clasificación: la codicia, la envidia, la ira, la sensualidad, etc ... aportan impurezas. Mientras que aquellos otros sentimientos tales como la abnegación, el altruismo, la paciencia, la generosidad, la dulzura, el amor, el deseo de fundirse con la divinidad para traer la luz al mundo, son sentimientos puros.

Esto es precisamente la impureza; estar llenos de dudas, de sospechas, de celos, de envidias, y de todo lo negativo.
Para encontrar la pureza hay que subir hasta la cima, es decir, hay que vivir la vida espiritual. Y entonces, por fin, quedaremos liberados de los errores del intelecto, de los sufrimientos y apetitos del corazón, de las enfermedades y suciedades del cuerpo físico.  Desde luego la pureza puede manifestarse en todas las actitudes del hombre, en la nutrición, en sus gustos, en sus sentimientos, en sus pensamientos.

El manantial de la pureza se encuentra en la más alta espiritualidad."



Fragmentos de: OMRAAM MIKHAEL AIVANHOV

1 comentario:

Unknown dijo...

Tengo que confesar que me conmovio este escrito, elegi a Chopin y algo en mi entre musica y escrito se lleno de luz, nunca olvidare esta emocion que me embargo de cosas que nacieron de esta divina fusion. Que grande es la Divinidad que sabia, que amorosa cuando nos regala estos bellos momentos.Gracias!!!

Publicar un comentario