"Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado" A. Einstein
sábado, 22 de febrero de 2014
Los 12 signos del zodíaco: sus cualidades
Aries: hace al hombre activo, dinámico, decidido
Tauro: gran sensibilidad, mucha amabilidad y bondad
Géminis: impulsa a estudiar, incita a interesarse por todo y a viajar
Cáncer: gran mediumnidad para captar las ondas y las presencias sutiles
Leo: inspira una gran nobleza y la necesaria valentía para ayudar y salvar a otras personas
Virgo: purifica y limpia
Libra: ofrece la posibilidad de unirse a la causa divina y restablecer en uno mismo el equilibrio cósmico
Escorpio: ilumina sobre la muerte y la vida del más allá
Sagitario: predispone a las cuestiones filosóficas y religiosas
Capricornio: inspira el poder y la autoridad, necesarios para dominar a los demás y controlarse a sí mismo.
Acuario: concede el sentido de la universalidad, de la fraternidad entre las naciones
Piscis: impulsa a sacrificarse, a soportar el sufrimiento, e incluso a ver el lado bueno que hay en ello y a regocijarse.
fragmento de: Omraam Mikhaël Aïvanhov
AMAR A UN SER HUMANO
Amar a un ser humano es aceptar
la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de
explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas;
contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus
carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que
detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario,
hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda
sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y
el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su
inconsciencia, y darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha
aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de
sentido, que no puede confiar ni en si mismo; es descubrir y honrar, por encima
de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su
infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la Vida.
Amar a un ser humano es brindarle
la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto;
aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle
un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que
sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera
privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su
propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su
verdad interior por si mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin
juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle
que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por ser quien es, no
por como tu desearías que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus
errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu
fe y confianza en su poder como ser humano.
Amar a un ser humano es atreverte
a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad desnuda,
honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos,
tus áreas vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres,
sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es
exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de
saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son
correctas; es disfrutar del privilegio de ser tu mismo frente al otro, sin
pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a ti mismo en
facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza,
decirle con la mirada cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y
esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto...si tú quieres
recibirlo".
Amar a un ser humano es disfrutar
de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder en forma
activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando de si mismo
duda, contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por
vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos
con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y
acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte arrastrar por su
desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin
ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle
libremente.
Amar a un ser humano es ser
suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin
representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que te
brinda sin exigir que te dé lo que no puede o no desea; es agradecerle a la
Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición
en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una
aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante
como si fuese el último que puedes compartir con el otro, de tal manera que
cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese la primera vez
que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación
distinta y milagrosa.
Amar a un ser humano es atreverte
a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y
sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos,
con palabras francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuanto lo valoras
por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún aquellas que él
mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar para que florezca la
semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerle sentir que su
desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle
descubrir sus capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el
fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y
cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y
más llena de sentido.
Amar a un ser humano es también
atreverte a establecer tus propios limites y mantenerlos firmemente; es
respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que
consideras tus derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en
el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad
de expresar tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te
molesta e incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar
sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar
de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que
evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de
despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con
gratitud por los tesoros compartidos.
Amar a un ser humano es ir más
allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una
muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una
manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada
"ser humano", de la cual tu formas parte; es reconocer, a través de
él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia
naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas
luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados obscuros y sombríos; amar
a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la
auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto, amar a un ser humano es
amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este
mundo. Tú puedes aprender a ser más magnético, atractivo y tener mayor
vitalidad. Una postura física, emocional y mental apropiada cambiará tu
destino. Es como si tu "suerte" se modifica. No dependerás de
talismanes ni amuletos: ¡tú mismo serás tu propio talismán de la buena
suerte"
ANÓNIMO (Recogido de Internet)
viernes, 21 de febrero de 2014
PLATÓN Y EL AMOR (El Banquete-frases)
El objeto del amor
es la Generación y la producción de la belleza.
El Amor consiste en aspirar a que lo bueno nos pertenezca siempre. De
aquí se sigue que la inmortalidad es el objeto del Amor.
Los hay que son más
fecundos de espíritu que de cuerpo para las cosas que al espíritu le toca
producir, o sea la Sabiduría y demás
virtudes. Estos hijos de su inteligencia son más bellos y más inmortales y no
hay nadie que no prefiera tales hijos.
De las bellezas
inferiores se eleva hacia las bellezas supremas, y así se llega de ciencia en
ciencia, a la ciencia de lo bello mismo y se concluye por conocerla tal como es
en sí. Si por algo tiene mérito esta vida, es por la contemplación de la
belleza absoluta.
Solo al que produce
y alimenta la verdadera virtud, corresponde el ser amado por Dios.
Platon
(Diálogo: El Banquete)
jueves, 20 de febrero de 2014
EL AURA COMO ESCUDO PROTECTOR
"Si el discípulo no desarrolla ciertas cualidades y virtudes para protegerse, los enemigos entrarán en él y le costará desprenderse de ellos. ¿Como protegerse? Trabajando sobre su aura, sobre su pureza, su luminosidad, su belleza, su potencia y su esplendor. Cada una de estas característidas depende de las cualidades sobre las que el hombre haya trabajado. Si el hombre es puro, su aura se vuelve limpia y transparente. Si es inteligente, su aura es más y más luminosa. Si vive una vida intensa, vibra enormememente.. Si tiene una gran voluntad, se vuelve muy potente. Si está inmerso en cuestiones epirituales se expande, se amplia, volviéndose inmensa.
Los que tienen siempre buenos pensamientos, fe, esperanza, bondad, pureza, reciben todas las riquezas de la naturaleza y lo malo no puede penetrar en ellos. Están protegidos como por un escudo, precisamente el escudo que llevan los caballeros en los cuentos, es el símbolo del aura. ¿Y la espada del caballero? Es la proyección de luz que irradia de él.
¿Cómo trabajar con el aura? Trabajar en las virtudes: la pureza, la paciencia, la indulgencia, la generosidad, la bondad, la esperanza, la fe, la humildad, la justicia, el desinterés por lo material. Vivir una vida honrada, pura, llena de amor, y al mismo tiempo trabajar conscientemente en el aura a través de la imaginación.
¿Cómo trabajar con el aura? Trabajar en las virtudes: la pureza, la paciencia, la indulgencia, la generosidad, la bondad, la esperanza, la fe, la humildad, la justicia, el desinterés por lo material. Vivir una vida honrada, pura, llena de amor, y al mismo tiempo trabajar conscientemente en el aura a través de la imaginación.
Todos nosotros podemos crear este aura poderosa a nuestro alrededor con la oración, la meditación, con la práctica de una vida pura y sana, y sobre todo, con el ejercicio de las cinco virtudes de las que os hablé; la bondad, la justicia, el amor, la sabiduría y la verdad."
"El aura hace la función de antena,
es un aparato receptor de mensajes, ondas, fuerzas
que proceden del universo.
A través de nuestra aura se produce
un intercambio ininterrumpido entre nosotros
y las fuerzas de la naturaleza"
fragmento de OMRAAM MIKHAEL AIVANHOVmiércoles, 19 de febrero de 2014
¿POSESIONES DIABÓLICAS ó CARENCIA DE VALORES?
"El diablo no existe...aunque el hombre,
con sus maldades, a veces lo parezca"
Jorge A. Livraga
Es en la pasada Edad Media, período de cambio y crisis de valores, cuando aparece la figura de Satán con toda su carga de poder ilimitado e irresistible. Como si el vacío que vive este hombre, la falta de una moral firme y consciente, le hiciera sentirse un pelele en manos de las fuerzas externas e internas a las que se siente sometido por falta de poder y de voluntad.
En las culturas antiguas también encontramos representaciones del mal, de los poderes de la materia. Demonios o espíritus
de la naturaleza, monstruos que están para ser vencidos y dominados por el
hombre, como símbolos de sus potencias inferiores. Existe el mal concebido como
sequía, esterilidad, falta de fe, de valor, infelicidad, injusticia, enfermedad o tristeza.
Y hay distintos amuletos, purificaciones para alejarlo, pero este hombre
de la antigüedad siente y sabe que existen otros poderes en sus sacerdotes, en la
naturaleza, en él mismo, que pueden protegerle del mal.
Cuando los hombres
viven un momento de decadencia, de pérdida de valores humanos con que regir sus
vidas, su mente y su psique se desequilibran, y en esa falta de principios y
fines surge el caos, el terror o el desconcierto. Y así se comienza a hablar de
nuevo de demonios, posesiones, brujos, supersticiones, males que nos acechan por
todas partes, como si el hombre intuyera la consecuencia de sus actos
equívocos.
Y comienza a
hablarse con profusión de posesiones, endemoniados, y a todo ser viviente
con algún rasgo extraño físico, psíquico o mental, se le coloca la etiqueta de
satánico. La solución, según la Iglesia, para estos males que como la peste se
contagian rápidamente y se extienden, no es otra que el fuego “purificador”,
que liberará al poseso de ese espíritu que le tiene sojuzgado.
Más de 100.000
personas son quemadas en las hogueras de la Inquisición acusadas de
endemoniados de un modo u otro. A veces el hecho que lleva a una persona a este horrendo fin, es el terrible “delito” de ser más sabio que los demás, conocer y
poseer secretos de la naturaleza que los demás desconocen, pues para la
Iglesia es signo de Pacto con el demonio y deseos de hacer el mal.
En otros la falta
de una sólida moral les ha hecho presa de obsesiones. Incubos o súcubos, formas
masculinas o femeninas que según la Curia adopta Satán (el "morador del umbral" o larvas astrales) para cohabitar con
mujeres u hombres y tentarles a través del sexo. Estas fantasías corren por toda Europa y no
hay monasterio en que ellos no penetren y ganen las almas de sacerdotes y
monjas.
Más tarde se
descubre que la mayoría de los endemoniados eran simplemente enfermos o gente
ignorante que llegó a la brujería como un modo de supervivencia. Otros, como
decíamos, por el peligro que representaban para la Iglesia, por el saber que
poseían e intentaban trasmitir. La mayoría, simplemente enfermos.
Poco a poco, vamos
surgiendo de esta larga y terrible noche, llena de pesadillas, que fue la Edad
Media pasada. Y la ciencia va a darnos otras explicaciones, se desecha a la
idea del demonio y su cohorte, y se comenzará a hablar de enfermedades
psíquicas o mentales, desequilibrios internos. Pero tampoco el psicoanálisis
nos da las respuestas. Nos pone ante el inconsciente pero no nos ayuda gran
cosa a comprender e integrar estos factores relegados por la conciencia. Y
surgen las preguntas: ¿cuándo, por qué, cómo integrarlos de forma sana y
positiva? La hipnosis ayuda algo, pero el hombre no acaba de saber integrar
todos los elementos de su personalidad, al empeñarse en negar otros aspectos
superiores del Ser que podrían trasmutar los inferiores, dándoles su correcta
expresión, en un trabajo interno de “transmutación” de la oscuridad en luz, de
la ignorancia en conocimiento.
Freud, a través de
la Psicología, redescubre el inconsciente, esa parte oculta de nuestra psiquis,
y achaca todos estos problemas de neurosis, a la represión sexual sufrida
durante tantos siglos. Comprueba por sus pacientes que la represión produce
alucinaciones compensatorias de la psiquis que la mayoría veía como efectos de
la posesión de los cuerpos por el demonio. En otros casos, el excesivo
cansancio, tensiones, frustraciones, miedos, la falta de buena alimentación,
producían también estas alucinaciones, como efecto de un cuerpo debilitado y
carente de defensas.
La idea del sexto
mandamiento, en donde el sexo se ve como pecado, estaba tan fuertemente imbuida
en las mentes de la gente, que la resultante fue, ante la represión y el miedo
al infierno, la disculpa de la posesión, o la real posesión del deseo
corporizado en imágenes.
Hoy, en plena época
de liberación sexual, vuelven a surgir las posesiones diabólicas, y uno se
pregunta; si hoy no hay problema represivo, ¿no será que ahora la causa no esté
en el defecto que llevaba a las alucinaciones, sino en el exceso que lleva a la
debilidad y la permeabilidad que esto produce a todo tipo de fuerzas externas
negativas?
¡Qué sabios los
filósofos antiguos cuando aconsejaban aquello de “nada en exceso” o la
necesidad de conocer nuestras pasiones si queremos superarlas a través de la
razón y la voluntad!.
Jung nos dice que
al volver estéril la imaginación y el espíritu por no usarlos, nuestra psiquis
queda descompensada y así entra en contacto con zonas de la naturaleza que de
otra forma le hubieran estado vedadas. Esto mismo nos diría el gran filósofo G.
Bruno y el divino Platón, que según hacia donde dirigimos el “ojo” de nuestra
mente, podemos ver, captar y despertar fuerzas muy distintas, observando
panoramas muy diferentes.
No encontramos
jamás en la antigüedad el símbolo de un poder que represente el Mal absoluto,
pues entonces no habría lugar para el Bien. Todo lo contrario, lo único
absoluto es el Bien Supremo, que emana de sí la Creación dual, compuesta de la
materia: el vehículo y el Espíritu universal, vivificándola y manifestándose a
través de ella. Esta dualidad está
presente en toda la creación, en donde estos dos principios (luz, oscuridad) se complementan como el yin, yan. Estas dos fuerzas en lucha producen la dinámica del devenir de
todas las cosas manifestadas, en busca de su perfección o liberación de este
estado material temporal, siendo ambas necesarias en el proceso de evolución
El mal es entonces,
para la filosofía atemporal, carencia de bien o de luz, alejamiento de la
fuente primera, identificación de la conciencia con sus vehículos materiales, y
apego a los placeres que ella puede proporcionar. Se convierte, de este modo, en símbolo
de ceguera y falta de discernimiento, al no poder el hombre, en esta situación,
distinguir entre la ilusión y la Realidad.
Encontramos símbolos de estos poderes de la Materia que existían como
pruebas y vehículos de perfeccionamiento. Aparece en India, por ejemplo,
“Maya”, como símbolo de la Naturaleza sensible que con sus encantos nos impide
ver tras los velos las Leyes de la Naturaleza, como si su propósito fuese
probar con sus fuerzas las nuestras, ver hasta dónde llega nuestro
conocimiento, valor y voluntad.
En un principio hubo
una clara diferencia entre Satán y Lucifer en los escritos de la tradición
católica. Lucifer era el Ángel Rebelde, que por Amor baja a la tierra, a darles
a los hombres la Sabiduría superior. Y Satán era el “Adversario”, en Egipto lo encontramos como Seth (el que prueba). Pero con el
tiempo se confundieron y pasaron a representar los dos la misma cosa; el
“Maligno” devorador de almas.
¿Qué es en general
el satanismo hoy? Diríamos que el camino fácil del culto a la debilidad, al
miedo, a los placeres mundanos. Los satánicos afirman que el “diablo” está
dentro de todo ser humano; por lo tanto se invocan los propios deseos
inconscientes para alentar la satisfacción de los mismos. Cultivan la venganza,
los vicios, las pasiones, la codicia, el egoísmo, la supervivencia del fuerte
sobre el débil. Según esto, aunque no pertenezcan a ninguna “secta satánica”
muchos hombres y mujeres son cultores de todo esto. El satanismo tiene más
seguidores que los reconocidos como tales. Prima en ellos un afán de
materialismo. No temen al infierno pues ya forman parte del mismo. Se fomenta
toda forma de posesión sexual, perversión, falta de moralidad. La perversidad
es la clave de sus acciones. En lugar de superarse, de ver la necesidad del
esfuerzo y el trabajo como medio de trasmutar la naturaleza animal, se
conforman con lo que son, y peor aún, se rinde culto a la más bajo que hay en
nosotros, que en un trabajo interior de evolución debe ser superado y vencido
por la conciencia y la voluntad.
El culto a Dios, al
Bien y la Justicia, que siempre preconizó la Filosofía atemporal, es todo lo
contrario. Es una necesidad auténtica de perfeccionamiento, de crecer, de
evolucionar. Un deseo ferviente y noble de conquistar lo Bueno, lo Bello y lo
Justo. No conformándose nunca con lo que
uno es. Así cada día se ve como una oportunidad de aprendizaje y superación.
Satanás pudo ser,
en un momento dado, el engendro de una asombrosa represión sexual basada en el
temor y la ignorancia, llevada a cabo por la Iglesia. Pero no se supera esto
volcándose en la materia, rindiéndole culto, entregándose y esclavizándose a
sus placeres, como el único objetivo de la vida, ni tampoco con mojigaterías o
miedos, sino con conocimiento y un aprendizaje del uso correcto de estas
fuerzas.
En la Edad Media se
pensó que la posesión incluía un espectro o un gnomo que se sentaba encima del
individuo poseído, ocasionándole pesadillas u otras alucinaciones de la
conciencia. El poseso cambia su personalidad, piensa, siente, actúa de otra
forma, habla de las cosas que no quería decir o que no recuerda. Se vuelve
grosero, terrible, cambia su fisonomía. Su cuerpo adquiere mucha fuerza.
Muestra, en algunos casos, poderes parapsicológicos. Nos dice la Tradición que
el despertar de ciertas fuerzas latentes (Kundalini por ejemplo) en nosotros, sin una debida
preparación y purificación, puede producir, entre otras cosas, la locura, o el retroceso a etapas bestiales. La
posesión implica el control total de un individuo por otro individuo o por
alguna fuerza externa. Incluye la voluntad del poseído. Presupone la
incapacidad de la víctima de vencer a la fuerza agresora, a la que se somete
convirtiéndose en su instrumento.
La Ética, en el
pasado, era como la medicina para el alma, mantenía alejados a los elementos
negativos que promueven las enfermedades físicas y metafísicas. A falta de todo
esto, las formas mentales que creamos todos producen un entorno que, a falta de
disciplina, se descuelga como un vampiro sobre nosotros, obligando a repetir
actos, pensamientos y emociones primitivos. Así atacan a los débiles de
voluntad, debilitándolos y envileciéndolos cada vez más. Y de ahí surge el
consumo de drogas, la violencia, muchos de los crímenes, la angustia o la
incapacidad laboral. Su fuerza está en la debilidad de la gente y el temor.
Hace falta una
fuerte voluntad, una mente clara, una cultura superior y una vida sana, el
contacto con la naturaleza y las personas libres, de manera que podamos así
preservar nuestras defensas.
El Bien y el mal, la materia y el espíritu, están presentes en la psique del
hombre en forma de impulsos que tiran de nosotros hacia arriba o hacia abajo.
Sólo la fuerza de la voluntad (el héroe en nosotros) podrá retomar esas
energías inferiores, transmutarlas en otra energía superior, para poder llegar a
Ser. Pues el mal no es más que la materia separada del espíritu, o como dirían en Egipto la ausencia de Maat (la Justicia, la Verdad) rigiendo la conducta, la Vida.
La solución a los
males que nos aquejan no está en la ignorancia de sus causas, ni en el temor
que debilita o fanatiza, sino en el conocimiento y su aplicación correcta, como
medicinas que necesitan nuestra psique y nuestra mente para recuperar el
equilibrio y la salud perdida. Haciéndonos más fuertes, justos, humanos.
Amantes de la Belleza y la Verdad.
Es obvio que si nos
pueden penetrar fuerzas negativas, también lo pueden hacer las positivas, todo
depende del alimento que tengamos por costumbre ingerir a todo nivel, no sólo
físico, claro está, el ambiente y las personas que nos rodeen, así como la
calidad y naturaleza de nuestro mundo interior. Decía la vieja magia de todos
los tiempos que “cada uno atrae aquello que es de su misma naturaleza”. Y por
eso agregaban también “los dioses se acercan a quienes se les parecen”. Más el divino Platón agregaba: “somos dioses
y lo hemos olvidado”.
Todos tenemos, de
alguna manera, un "demonio" y un ángel en nuestro interior, de nosotros depende
quién venza, día a día. Son nuestros actos, sentimientos y pensamientos, los
que darán la victoria a uno u otro. Aprendamos de todo, de cada combate, de
cada derrota, de cada experiencia vivida, pero no olvidemos nuestro origen y fin
trascendente, apoyemos la Luz, levantémonos, volvamos a empezar cuántas veces
sean necesarias, con los pies en la tierra y la mirada siempre en las
estrellas nuestro añorado hogar.
El Buda enseñaba al respecto que: “Ni los demonios pueden realmente rebajar al hombre, ni los Dioses elevarlo, salvo con la complicidad o colaboración del propio ser humano. El hombre está atado por su propia ignorancia”.
Gijón.-1990
lunes, 17 de febrero de 2014
PELIGROS DE LA DROGADICCIÓN
"Según la Ciencia Tradicional Esotérica el cuerpo físico del Hombre está envuelto por diferentes mantos etéricos, eléctricos y magnéticos que lo protegen de las radiaciones cósmicas y de las intrusiones de larvas incorpóreas. Esta protección incluye poderosos escudos que le permiten sobrevivir en un planeta constantemente "bombardeado" por todo tipo de radiaciones y de un polvo muy sutil y casi inmaterial que logra descender hasta su superficie y aun penetrarla en determinadas condiciones meteorológicas.
Las actuales pautas de contaminación, que han logrado debilitar y hasta perforar las capas protectoras propias del planeta, nos exponen todavía a más rayos que en altas proporciones son mortíferos y que, en casos de menor cuantía, afectan gravemente al comportamiento.
Los protectores escudos etéricos se ven malignamente afectados por los abusos en el consumo de alcohol, tabaco, tranquilizantes, euforizantes. También por las tensiones que provocan el "stress", el poco sueño o la actividad sexual forzada por el vicio.
De allí que todas las religiones en sus diferentes sectas prohiban ciertos consumos o actitudes violentas más o menos traumatizantes, así como todo tipo de libertinaje. Nuestros antepasados fueron más sabios de lo que creemos en la actualidad y conocían un lenguaje simple y terminante, comprensible para los pueblos sencillos. Esos viejos consejos religiosos suelen ser muy prácticos en cualquier tiempo histórico, incluido el actual.
Las permisiones engendradas por el fracaso de los sistemas políticos que nos rigen, consintiendo el consumo de drogas, por ejemplo, son una prueba más de la ineptitud de dichos sistemas.
Cuando sepamos más sobre la naturaleza de los seres y cosas normalmente invisibles, tomará medidas. Así como se pudieron ver y analizar los microbios, nacieron vacunas, remedios y antibióticos específicos para combatir a estos entes malignos y se controlaron las espantosas pestes que asolaban el mundo. El Destino quiera que también estas pestes, puedan erradicarse a tiempo...si es que nos queda tiempo para ello"
Jorge Angel Livraga
fragmentos de un artículo publicado en Sept. 1990
JUNTO AL FUEGO
En el primer portal de los doce que nos esperan en este año de 1983, es bueno –o tal vez simplemente inevitable– aguzar la vista y el oído del Alma para detectar lo que nos deparan nuestras propias características en su relación con el entorno, bajo la sombra curva de la mellada guadaña del tiempo.
No consultaremos con los astros porque somos ignorantes en eso, y tampoco a los hombres porque nos engañan.
Estamos juntos, pero estamos solos.
Alguna vez he dicho que ningún hombre está solo si está con Dios, y eso es metafísicamente cierto, pero nuestras manos se alargan en la oscuridad, y en la pequeñez que condiciona todo lo humano apenas hallamos oscuridad, humedad y frío. Sí... Este frío húmedo del comienzo de la Edad de Acuario donde todas las cosas tienden a disolverse, y mientras se derrumban perdiendo sus milenarias formas, consolamos nuestra razón embotada diciéndonos los unos a los otros que estos cambios son la dinámica de las corrientes de la vida. Y que todo será para mejor. Tan acostumbrada está nuestra lengua a esta muletilla que apenas nuestra boca se abre, la pronuncia; aunque ahora lo haga entre dientes.
He visitado por centésima vez la mayor pinacoteca del mundo y, desde las ventanas doradas de sus marcos, las figuras pintadas en otros siglos se nos muestran alegres y confiadas, naturales y pletóricas de realidad. En los filos de las espadas, pone colores rojos el Dios de la guerra, y en las manos entrelazadas hay dorada luz de amor. Los frutos de los "bodegones" no se ven congelados sino en su pletórica presencia de jugos y sabores. Los desnudos no precisan de pornografía para ser atractivos. En los Cielos y en los Infiernos han pintado escaleras que los humanizan. Se ven reyes y campesinos, santos y beodos, pero ninguno de ellos se disculpa de serlo y vive naturalmente su gloria o su miseria. Todos parecen saber que el mundo es un gran teatro en el cual la virtud en sus personajes es representar correctamente y hasta el fin el papel que misteriosamente han elegido en tiempos olvidados.
Hay dolor, pero no protesta estéril, sino lucha limpia, prácticamente a cuerpo y Alma desnudos.
En mi continuo viajar he visto ciudades que sepultaron las cenizas y otras cenizas que sirven de fundamento a ciudades. Pueblos "en desarrollo" que cada año encuentro más pobres y más débiles; naciones poderosas que tiemblan ante una banda de adolescentes armados con botellas que contienen gasolina y armas de la guerra de Corea; países "capitalistas" en los que casi nadie tiene capital alguno, y otros "comunistas" donde ningún ciudadano tiene nada en común con otro. He visto perseguir a los que se dicen perseguidos; a los que recuerdan haber sido masacrados, realizar un nuevo genocidio a la menor oportunidad histórica; he conversado con Jefes de Estado y con indígenas cubiertos por harapos. Lo que los diferencia es menos importante que lo que los une, pero rara vez lo advierten.
No nos engañemos; ya hemos comprobado que no sirve de nada.
Los hombres de mi generación fueron los que pisaron la Luna... Pero todo quedó en eso; los programas espaciales se van frenando poco a poco y en el cielo y en la tierra se oxida la inútil chatarra que quiso conquistar el cosmos y llevarnos de vacaciones a Marte. Tan sólo se desarrollaron los satélites espías, los artefactos con posibilidad de aplicación bélica. Mientras se hunden las maravillas de Venecia en el mar y en el Museo de El Cairo se salpican las dioritas milenarias con la pintura dada a las paredes por falta de un trozo de plástico protector; mientras en tantos museos y bibliotecas no hay presupuesto ni para la más básica conservación de las obras maestras de la Humanidad, se dejan en reserva pasiva miles de millones de dólares para la investigación de nuevas y más sofisticadas formas de matar. Como si la ciencia –o mejor dicho, los científicos de carril– no hubiesen mostrado su verdadero rostro cuando, apenas lograda la fisión atómica, se la empleó en las dos bombas que arrasaron Hiroshima y Nagasaki.
Para la investigación médica, rural o industrial, para educar y para comer, jamás alcanzan los medios. Pero se gasta en el desarrollo de los alerones de freno de un avión de guerra lo que costaría levantar mil escuelas; en campañas políticas de lavado de cerebro, lo que bastaría para volver fértiles la mitad de las tierras áridas del planeta; y el combustible falta a los tractores que tiran de los arados o al dueño de un minúsculo automóvil utilitario, pero no a los coches blindados de la oligarquía ni a los submarinos erizados de cohetes de cabezas atómicas que constantemente navegan embozados bajo las superficies de las aguas.
Los supermercados que venden simulacros de alimentos están abiertos las 24 horas del día, incluso los domingos. Pero hay muchos hospitales que no atienden más que media jornada y las iglesias de todas las religiones cierran a la caída del sol.
Quien hable de honor es tildado despectivamente como "nostálgico"; se encarcela a la anciana que tiene en su cartera una botellita de gas lacrimógeno para la defensa de su vida, pero se amnistía a los grandes criminales que ametrallan por la espalda. Las "logias" y las "mafias" trafican cocaína a través de todas las aduanas, pero el que lleva una máquina de escribir de un país a otro ha de tener cuidado de que no se la confisquen.
Los países poderosos colocan sus herramientas de guerra desactualizadas en los "países en desarrollo" como "armas defensivas", o sus prototipos, para comprobar si tienen buen funcionamiento sin importarles cuántos mueren por ello; pero elaboran trabajosas leyes y documentaciones sobre los "Derechos Humanos". Y se autoerigen en jueces y en gendarmes del resto de los hombres, sin tener derecho moral ni para existir, y mucho menos para juzgar y reprimir.
El "marxismo" y el "capitalismo", el "autoritarismo" y el "liberalismo" han fracasado. Hoy hay más analfabetos y más hambrientos que los que hubo en ningún periodo histórico conocido. Se han envenenado las tierras y las aguas; el aire de las ciudades es apenas respirable.
Nos queda el fuego.
Acerquémonos al fuego.
Al fuego físico, psicológico y espiritual.
El fuego fue emparentado por la más viejas Culturas con el Dios que ayudó a los Hombres, sea Huehueteotl en México, Agni en la India o Prometeo en Grecia.
El fuego nos habla de una Tierra y de un Paraíso Vertical, de una fiebre incansable por subir, de una Vocación de Altura, Pureza y Poder que forjó cuanto la Humanidad –tú y yo– tenemos de bueno.
El fuego físico es tan sólo el reflejo en el espejo de la manifestación de ese otro Fuego Espiritual que hoy debe reunirnos alrededor de la Mística Hoguera. Estamos en medio de la noche, hace frío y todo está húmedo. ¿Qué mejor que el fuego para calentarnos, para revivir, para iluminar nuestros ojos, para secar nuestras lágrimas, para dorar nuestras manos alzadas y abiertas sobre él?
Renovemos el más viejo Pacto de la Humanidad. Renovemos el Pacto con el Fuego. Prometámonos en este año que comienza ser más ígneos, más activos, estudiosos, trabajadores, limpios, desintoxicados, carentes de sombras de egoísmo y maldad. Pongamos luz en nuestra inteligencia y calor en nuestro corazón.
A todos los que aún no están ciegos: ¡JUNTO AL FUEGO!
Jorge Ángel Livraga Rizzi-1983- Recogido de la Revista Esfinge
¿CÓMO ALIMENTAMOS NUESTRA PSIQUE Y MENTE?
"Un entorno superior tiende a elevar el nivel de la persona,
al igual que un entorno inferior tiende a rebajarlo"
Abraham Maslow
Me he preguntado muchas veces por qué prestamos tanta atención a los alimentos con los que cuidamos nuestra salud física, y vivimos en un total abandono de los cuidados y alimentos que necesita la psique y la mente para estar sana. Nuestra sociedad enferma por ignorancia, manipulación y pereza, repite como un robot lo que dicen los medios de comunicación o le han inculcado los dogmas de unos y otros, que para su mayor desgracia es nefasto o venenoso para el alma. Cuando menos es enfermizo puesto que sólo alimentan lo peor de las personas, el odio, el rencor, el miedo, el terror, la violencia, la negatividad, la impotencia o el dolor. "De lo que se come se cría". Como alguien dijo: "una sociedad enferma sólo puede producir personas enfermas".
¿Por qué hacen esto aquellos que deberían cumplir con el deber y la responsabilidad de dar alimentos sanos, buenos, que desarrollen lo mejor de los individuos, no lo peor como se hace? Está claro que no los quieren sanos y fuertes, libres pensadores, los quieren débiles, temerosos, esclavos de pasiones y miedos, enfermos, atontados...¿Por qué, será que así... aquellos que "mueven los hilos" detrás de los cortinados, se saben seguros, rodeados de seres dormidos o fácilmente manipulables?
No hay "salvación" ninguna, salvo la que cada cual sea capaz de alcanzar conociéndose profundamente a sí mismo, en su totalidad, viendo, aceptando la realidad creada por todos nosotros, para transformarla en otra mejor. Reconociendo sombras y luz interiores, utilizando la luz para hacerla crecer más y más, desarrollando y cultivando Valores humanos, que nos faltan, en la palestra de la Vida. En donde estamos para conquistar lo mejor del ser humano, que hoy "duerme" o está sepultado entre tanta "basura" de todo tipo, que diariamente le dan como alimento los "amos de la caverna" a través de sus servidores.
Es hora de "despertar" y actuar en consecuencia, o moriremos asfixiados ante tanta podredumbre, que está ensuciando o envileciendo no sólo los cuerpos sino las almas y las mentes, reducidas poco a poco a la impotencia, la desesperación o la nada... ¿Somos robots o somos Humanos? Somos mucho más que "el robot" que utiliza el conductor, éste ha quedado sepultado entre tanto ruido y polución...
Aprendamos a discernir y a elegir aquellos alimentos que son como "vitaminas" para el alma y la mente, (lo que vemos, leemos, escuchamos, pensamos, sentimos, soñamos), porque nos dan fuerza, optimismo, alegría, esperanza, capacidad de una acción generosa, valiente, bondadosa. Con esos alimentos nos fortalecemos, crecemos como seres humanos, y como consecuencia seremos capaces de hacer un Mundo más Justo, Bello y Bueno que será nuestro reflejo.
Aprendamos a discernir y a elegir aquellos alimentos que son como "vitaminas" para el alma y la mente, (lo que vemos, leemos, escuchamos, pensamos, sentimos, soñamos), porque nos dan fuerza, optimismo, alegría, esperanza, capacidad de una acción generosa, valiente, bondadosa. Con esos alimentos nos fortalecemos, crecemos como seres humanos, y como consecuencia seremos capaces de hacer un Mundo más Justo, Bello y Bueno que será nuestro reflejo.
"La vida espiritual es parte de la esencia humana,
una característica definitoria de la naturaleza humana"
Abraham Maslow
D.Villegas-Nefertum 17/2/2014
fragmento LA ODISEA DEL ALMA
fragmento LA ODISEA DEL ALMA
domingo, 9 de febrero de 2014
Esta sociedad enferma -Cartas desde mi Almena (10)
Mi querido amigo:
¿Cómo estás, que tal va tu salud, tienes buen ánimo a pesar de la adversidad... Deseo y ruego para que puedas conseguirlo.
Te cuento algunas de mis reflexiones de hoy, como si estuviéramos frente a frente en un café. Cuando oigo las noticias, cada vez menos, y veo lo que ocurre aquí y allí, como sólo nos cuentan lo malo, a uno le cuesta mantenerse optimista, sino fuera porque ya hemos pasado por muchas... y estamos forjados a través de las crisis, de las que aprendimos siempre algo. Pero qué disparate de mundo...qué locura, esto es el manicomio.
A los ricos se les protege con impuestos bajos, con pactos entre ellos, a los pobres se les persigue por pelear para sobrevivir en medio de la injusticia. Unos se dicen mejores que otros y se golpean física o verbalmente, otros por estupideces dicen querer separarse porque son estupendos. Aquellos se lían a bombas y matan a inocentes por religiones distintas, odios o fanatismo. Se libera a terroristas, asesinos y violadores, y se encarcela a un pobre hombre que ha robado para dar de comer a su familia. La película cada cual la cuenta como le interesa, manipulando mentes y conciencias, en medio de todo ello los más débiles se mueren de hambre y frío, de vergüenza e impotencia, marginados. Mientras los bancos, con el dinero de todos, tienen enormes beneficios, al igual que las eléctricas, pero eso no evita que nos suban la luz o te dejen en la calle, sólo cuentan los beneficios económicos, no las personas. ¿A los jóvenes y los niños qué mundo les dejamos, para qué se les trae a este infierno yo me pregunto? En gran parte reina la ignorancia, el egoísmo, y en otros tantos la crueldad monstruosa y la estupidez... Y es que cuando las personas no guían su conducta por valores humanos hacen mucho daño a los que les rodean. Olvidan que por Ley volverá sobre ellos.
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Tenemos fuera las enfermedades que hemos gestado dentro, causa y efecto. Pues las personas sin VALORES sólo pueden gestar una Sociedad enferma. Cada día es más DEMENCIAL lo que sucede y nos cuentan...
Pero también tenemos la Belleza de la Naturaleza y del Cielo...que nos hablan de Armonía y Orden. Y buenas personas y ejemplos a lo largo de la Historia que sostienen la Vida marchando hacia Adelante...Hay que enfocarse hacia allí si queremos avanzar hacia un Mundo Mejor, más Justo y Bueno.
Luces y sombras...Hay que aprender a elegir bien... apoyar la LUZ, teniendo cada día más LUZ...
No olvidarse de reír... sin perder la esperanza...ahuyentar las sombras... Y manos a la acción constructiva, positiva,que el Cielo también ayudará...La Era de Acuario NOS LLEVA a un Mundo de Fraternidad al que debemos arribar, haciéndolo Realidad con VALORES humanos practicados.
Amigo mío, consérvate bueno, aunque las circunstancias sean muy difíciles, si uno se identifica con aquello a lo que el tiempo no toca... o lograr elevarse por encima de la adversidad... todo se ve diferente, como enseñanzas o pruebas, una batalla más...yo lo sé que pasé por muchas...Amanecerá, te curarás.
Te mando todo mi cariño...en la magia de los ángeles que seguro te cuidan...
Perséfone- Malaka- 31 enero 2014