miércoles, 2 de noviembre de 2016

PENSAMIENTOS DEL EMPERADOR Y FILÓSOFO ESTOICO: MARCO AURELIO



Todas las cosas se hallan entrelazadas las unas con las otras, formando un encadenamiento sagrado, y quizá no haya ninguna que se halle independiente de la otra. Todas están subordinadas y su belleza constituye la belleza del Universo. Porque no hay más que un universo que abraza todo, un solo Dios que está en todas partes, una materia elemental única, una ley que es la razón común de todos los seres inteligentes y una sola verdad, del mismo modo que sólo hay un estado de perfección para las criaturas del mismo género y para los seres que participan de la misma razón " 

No hay nada tan digno de compasión como el hombre que va de izquierda a derecha, que escudriña, como dice el poeta, hasta las entrañas de la tierra y que intenta adivinar lo que pasa en los demás, sin darse cuenta de que sería suficiente para su felicidad ser constante con el alma que reside en sí mismo si le consagrara sincera devoción. Esta devoción consiste en preservar a su alma de las pasiones, de la irreflexión, de toda la vanidad y la impaciencia para todo lo que proviene de los dioses y de los hombres, porque lo que proviene de los dioses es respetable, por su virtud y supremacía y lo que proviene de los hombres lo es también y debe sernos querido, puesto que son hermanos nuestros. Algunas veces, no obstante, debemos tener cierta compasión de estos últimos, por la ignorancia en que se hallan de los verdaderos bienes y de los verdaderos males. Este defecto es tan perdonable como la debilidad de un ciego que no puede distinguir lo blanco de lo negro.




No te dejes embargar demasiado por los acontecimientos exteriores. Abandona esa vida febril de cuando en cuando y dedica momentos de ocio a instruirte en algo bueno. Procura evitar asimismo cualquier otro error. Es una locura trabajar toda la vida si nuestra imaginación y nuestros esfuerzos no tienden hacia un objeto determinado.

Obra, habla y piensa como si estuvieras a punto de salir de esta vida.

La vida más larga y la más corta vienen a ser lo mismo. El presente es de igual duración para todos, y lo que pierdes es también igual, y, en definitiva, sin importancia. El que muere muy joven pierde igual que otro que ha vivido muchos años. Ambos pierden sólo el instante presente, que es el único que poseen, puesto que no podrían perder lo que no tienen.

El alma del hombre se deshonra a sí misma; primero cuando produce en la sociedad los mismos efectos que un tumor en el cuerpo humano, es decir, que se vuelve una partícula molesta en el organismo de la naturaleza. En efecto, enfadarse contra los acontecimientos es como una deserción respecto a la naturaleza, de la que forman parte las naturalezas de los demás seres que la integran. Y en segundo lugar, cuando tiene odio a otro individuo o lo maltrata, como sucede cuando se encoleriza. También se deshonra cuando se deja vencer por el placer o el dolor, cuando emplea la hipocresía, el disimulo y la mentira en sus actos o palabras y, finalmente, cuando no dirige hacia un objeto determinado su conducta y sus esfuerzos, haciendo todo sin cuidado ni orden, siendo así que hasta las cosas más insignificantes deben conducir al mismo fin. Luego el fin de los seres racionales está en vivir conforme a la razón y a las leyes del universo, que es el Gobierno más antiguo y el mejor legislador.

¿Cuál es la duración de la vida del hombre? Un punto en el espacio.¿La sustancia? Variable. ¿Las sensaciones? Oscuras. ¿Qué es el cuerpo? Futura putrefacción. ¿Su alma? Un torbellino. ¿Su destino? Enigma. ¿Su reputación? Dudosa. En una palabra, todo lo que dimana de su alma, como un sueño, como el humo. Su vida es un combate perpetuo, un destierro en suelo extranjero; su fama después de la muerte, un olvido absoluto. ¿Qué es, pues, lo único que puede guiarnos en este mundo? Una sola y única cosa: la filosofía. Esta consiste en velar por el genio que reside en nuestro interior, de suerte que no reciba ni afrenta ni heridas, que no se deje arrastrar por los placeres ni por los dolores, que no haga nada a la ventura, que no emplee los embustes ni la hipocresía, que no cuente nunca con lo que otro haga o deje de hacer, que acepte todo lo que suceda o que le corresponda como procedente de un mismo origen y, en fin, que aguarde la muerte con paciencia y no viendo en ella sino la disolución de los elementos que constituyen el organismo de todo ser viviente. Si estos elementos no sufren daño alguno al transformarse perpetuamente de un estado a otro, ¿por qué ha de inspirar la muerte desconfianza y temor? Todo se halla regido por la naturaleza, luego no hay peligro alguno. "



Marco Aurelio (emperador y filósofo estoico ) fragmentos de PENSAMIENTOS


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