lunes, 16 de marzo de 2009

LA CONSPIRACION DE LA TIERRA ENTERA



Víctor Hugo profetizó que en el siglo veinte la guerra moriría, morirían las fronteras y los dogmas, y el hombre viviría "Poseerá cosas más altas que éstas; un país grande, la tierra entera.... y una gran esperanza, todos los cielos".


Hoy día, ese "país grande, la tierra entera", cuenta ya con millones de residentes. En su mente y en su corazón, la guerra, las fronteras y los dogmas han muerto ya realmente. Y están en posesión de esa gran esperanza de que hablaba Víctor Hugo.

Se conocen unos a otros, como los campesinos.

La Tierra Entera es un país sin fronteras, un paradigma de la humanidad en el que hay espacio suficiente para extranjeros y tradicionalistas, para todas las formas humanas de conocimiento, para todos los misterios y todas las culturas. Una terapeuta familiar dice que a sus clientes no les incita a descubrir quién tiene o no la razón, sino qué tipo de familia tienen. Este es el tipo de inventario que estamos comenzando a hacer en la Tierra Entera. Cada vez que una cultura descubre y aprecia el hallazgo de otra cultura, cada vez que una persona saborea los talentos las excepcionales intuiciones de otra persona, cada vez que recibimos de buen grado el conocimiento que surge de nuestro propio interior, estamos contribuyendo a formar el inventario.


Juntos, ricos como somos, podemos hacer cualquier cosa. En nuestro poder está el poner paz en nuestro propio interior desgarrado, y también los unos con los otros, curar a nuestro país natal, la Tierra Entera.


Vemos en torno nuestro todas las razones que tenemos para decir No; estructuras sociales fracasadas, tratados rotos, ocasiones perdidas. Pero, no obstante, sigue estando el Sí, la misma búsqueda obstinada que nos ha conducido de la caverna a la luna en un abrir y cerrar de ojos de tiempo cósmico.


Una nueva generación de refresco está creciendo en el seno de un paradigma más amplio; así ha sucedido siempre. En muchas historias de ciencia-ficción, los adultos quedan excluidos de la transformación experimentada por la nueva generación. Sus hijos crecen irremediablemente más allá de ellos mismos, en una realidad más amplia.


Quienes hemos nacido en el paradigma de una "tierra rota" tenemos dos opciones; llevarnos a la tumba nuestras viejas concepciones -como tantas generaciones de científicos que se negaban a admitir que pudieran existir los meteoritos, los gérmenes, las ondas cerebrales o las vitaminas-, o bien remitir al pasado sin mucho sentimiento todas las viejas creencias, y adoptar la nueva perspectiva, más sólida y verdadera.


Podemos ser nuestros propios hijos


Recogido de: LA CONSPIRACION DE ACUARIO-Marilyn Ferguson-1985

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