"Tenía el egipcio el concepto de que cuando el hombre moría llegaba a una suerte de purgatorio, un lugar de pruebas que era el Aduat, donde existía una serie de formas contrarias como la serpiente Apap, la serpiente de los círculos, la que nos hace caminar y volver siempre al mismo lugar, la que nos devora cuando tenemos miedo. Y más allá del Aduat, del lugar de las pruebas, estaba el Amenti, el mundo que estaba representado con un Cuadrado Mágico, donde los lotos no se cierran, donde las piedras no se desgastan, donde los metales no se oxidan, donde los hombres no envejecen; y aquellos que habían podido llegar a esa cumbre de su propia evolución espiritual ya no regresaban a esta Tierra y estaban en el Azul, o sea, estaban en el Nilo -que significa azul-; estaban en un río celeste que unía una punta con la otra de la continuidad que llamamos Eternidad que nosotros no podemos concebir ni la concibieron los egipcios..."
Fragmentos de Jorge A. Livraga
Conferencia: Simbolismo, Arte y Tecnología en el Antiguo Egipto
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