viernes, 7 de marzo de 2014

EL VALOR HUMANO


¿Es que la humanidad ha vivido tantos millones de años para terminar convirtiéndose en un infierno poblado de seres enfermos, con un subconsciente criminal a flor de piel, soñando con el opio de conquistar lejanas galaxias a la vez que su nivel de vida decae constantemente hacia la animalidad estúpida de la robotización, la crueldad y la inercia, carente de los mínimos reflejos de supervivencia que tienen hasta las amebas?

Nuestra condición de filósofos nos fuerza a tan tristes reflexiones que nada tienen que ver con el "catastrofismo", sino con una realidad que se hace día a día más visible y palpable.

No podemos desentendernos de un problema que nos afecta a todos los seres del planeta; pues, en nuestra loca necedad, vamos a legar a las generaciones futuras un teatro de vida desolado, lleno de animales y árboles muertos. De miles de millones de seres humanos subalimentados, desesperados, drogados y tristes, carentes de esperanza y de fe en sí mismos y en Dios.

¿No será hora de revisar seriamente nuestros esquemas políticos, sociales y religiosos?

¿Es que el hombre está realmente progresando?
Las enormes diferencias, ¿se han dado en las máquinas o en los hombres que las tripulan y utilizan?
¿Y acaso el astronauta que conduce una nave espacial es mil veces superior al arriesgado chino que volaba atado a su cometa de cañas y sedas?
No.

Entonces...¿qué es lo que ha mejorado, evolucionado, perfeccionado: la máquina o el hombre?
Evidentemente, la máquina. El hombre, a juzgar por sus pensamientos, emociones y actos, es más o menos el mismo... Si no es peor, considerando sus desazones internas, su poca capacidad de decisión, el vértigo psíquico que lo lleva a un estado continuo de tensión, de agresividad y de desprecio por el equilibrio ecológico de su medio ambiente.

¿Son, entonces las máquinas un mal, como afirmó el Mahatma Ghandi? No lo creemos así; más bien pensamos que el valor humano ha sido pospuesto y se ha confundido el progreso técnico con el progreso humano. Las máquinas no tienen la culpa, ellas son engendros magníficos de la inventiva humana; pero esa inventiva, al no ser canalizada por el justo camino, se ha desbocado y nos arrastra a una secuela de desgracias, accidentes fatales y degradacion moral.
Hay que recuperar el valor humano. Se impone una nueva educación basada en los valores permanentes, en la posibilidad de ser felices y de aprovechar las riquezas (que hoy se despilfarran en una demencial carrera armamentista) en beneficio de una sociedad más buena, más bella y más justa.

En el horizonte de la Historia futura debe amanecer un nuevo orden que reemplace al actul desorden; una ética profunda y una forma de vida natural que no necesite de drogas para que un hombre o una mujer joven se sienta saludable y feliz.

Si no reaccionamos a tiempo, la Naturaleza inexorable lo hará por nosotros a través de nuevas pestes y cataclismos que preservarán la existencia misma del planeta Tierra.
Dicen los libros antiguos que ya sucedió otras veces.

¿Es que no aprenderemos la lección?
Sería muy hermoso que recobrásemos, aunque sea paulatinamente y partiendo de pequeños grupos, el valor humano. No desesperar; con la ayuda omnipresente de Dios, todo es posible. Pero debemos esforzarnos para que esto se produzca, y borrar de nuestras conciencias las nefastas huellas que el pisoteo político, social y religioso nos han producido, deformándonos, embruteciéndonos, haciéndonos perder...¡EL VALOR HUMANO!



fragmentos de una conferencia de: JORGE ANGEL LIVRAGA RIZZI
Octubre 1986

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