viernes, 27 de junio de 2014

Sobre LA FRATERNIDAD UNIVERSAL





"Imaginar que toda la humanidad forma una familia donde todo el mundo se ama, se respeta y se ayuda entre sí, que todos esos miles de millones que se gastan para destruir sirvan para ayudar a los pobres, porque es la miseria la que mantiene la criminalidad.   Si continuamos mostrándonos injustos, malos, crueles, convertimos la vida en un infierno, y sin embargo todo podría ser estupendamente maravilloso, y en muy poco tiempo.

Pero para llegar a un grado de evolución superior, el hombre debe desprenderse del miedo, pues es perjudicial para su desarrollo espiritual, reemplazándolo por otros sentimientos más nobles.

El nuevo cielo es una nueva mentalidad, una nueva filosofía, una nueva forma de ver las cosas y de comprenderlas. Y la nueva tierra es un nuevo comportamiento, una nueva forma de actuar.  Estar siempre ligado al Cielo, pero trabajando en la tierra.


El verdadero cambio está en la conciencia de la unidad. No existimos como unidades separadas, cada uno represente una célula de un inmenso organismo y nuestra conciencia debe fundirse en esta conciencia universal que abarca al hombre en su totalidad, al hombre cósmico. Ahí está el verdadero progreso, la verdadera evolución.

Cada día aparecen nuevas enseñanzas... les falta un punto esencial, el poner más énfasis en la necesidad de vivir para la colectividad, para la fraternidad, para la universalidad. Todos trabajan para sí mismos, para su propio desarrollo. ¿Y qué aportan en realidad a la humanidad con su saber y sus poderes?  Ahora hay que dejar todas esas cosas de lado y trabajar sólo para que el mundo entero encuentre la paz, la felicidad, la alegría, la luz. Al hacer un trabajo desinteresado para el mundo entero se reciben los verdaderos poderes, el verdadero conocimiento. 

Está bien desear el saber, el poder, pero solamente como medios para alcanzar un fin mucho más elevado: la fraternidad, la vida universal.

Les falta un elemento nuevo que nosotros aportamos: el calor, el amor. Todos son fríos, orgullosos, altivos. Para que la tierra se convierta en una gran familia, se necesita este elemento de fraternidad.

Lo que hace la grandeza de un ser, no es la amplitud de sus conocimientos, sino su bondad, su luz, su amor, porque todo lo demás puede desaparecer, pero no estas cualidades.

Mientras se tenga la finalidad de dominar a los demás países -hasta el punto de enviar objetos impregnados de emanaciones nocivas para hacer morir a las personas- está claro que no se trata de hacer otra cosa que satisfacer la naturaleza inferior, destructiva, infernal, y eso es MAGIA NEGRA.

Si los humanos se obstinan en no querer comprender que su interés está en la fraternidad entre todos los pueblos, la misma vida se encargará de darles las lecciones.

Todos los elementos están ahí para que la fraternidad Universal se instale en el mundo. La única dificultad está en la mala voluntad de los humanos que no quieren renunciar a sus viejas tendencias.

La humanidad es como un cuerpo en el que cada país es un órgano constituido por células que viven y trabajan. Pero estos órganos de la humanidad no están inspirados por la misma inteligencia ni por el mismo desinterés que los órganos del cuerpo físico, porque cada cual trabaja para sí mimo en detrimento de su vecino. Así pues hay que tomar como ejemplo al ser humano que ha construido la naturaleza, estudiar su funcionamiento, en qué casos goza de buena salud, y en qué casos sufre de mala salud, y comprender que para la humanidad existen las mismas reglas.  Cuando todo marcha bien, tienen buena salud, y esta salud está basada en la ley el sacrificio y la abnegación. La humanidad también es un organismo en el que los países son los órganos, pero no trabajan en armonía, les roe un cáncer, y el mundo así va a perecer porque el egoísmo, el interés y el cálculo dominan en todas partes"

fragmentos de: OMRAAM MIKHAEL AIVANHOV

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