martes, 12 de julio de 2011

Cartas desde mi Almena (6)


Querido amigo:


Te hablaba en mis cartas anteriores de los excesos y defectos como causa de enfermedad social o individual. Mencionaba el exceso de materialismo, cuando se olvida y no se cultiva lo espiritual y sus consecuencias que han generado el mundo que tenemos a la vista. Pero no ignoro los males que surgen también del exceso de espiritualidad que genera por rigidez; dogmatismos, fanatismos con sus secuelas de violencia. Vemos también miseria o carencias materiales por “estar en las nubes” que diríamos vulgarmente. También la seudo espiritualidad que cae en las fantasías de creer que ya se llegó, cuando aún seguimos en el mismo sitio, y que no pasan de ser delirios escapistas de la cruda realidad... que sólo nos debilitan, haciéndonos caer en el autoengaño y la manipulación.

Me consta que es inevitable, cada cual al contacto con las enseñanzas y según es su nivel de conciencia, las va a interpretar subjetivamente poniendo el acento en aquello que más necesita, exagerando en algún punto... Será el tiempo y las propias experiencias las que le irán centrando, dándole la posibilidad de una interpretación más amplia y certera. Si en su búsqueda de la verdad no cesa, observa y corrige los fallos y errores en los que caerá, no pasa de ser un proceso natural de búsqueda de lo que nos falta, en transformación constante. El escultor que es el propio ser humano seguirá forjando la estatua que está aún sin terminar, realizando retoques aquí y allá. Al ver el arquetipo cada vez con más claridad, descubrimos aspectos que no habíamos tomado en cuenta, y superamos otros en donde nos habíamos concentrado como si fuesen la totalidad.

Un texto muy antiguo, La Voz del Silencio, le enseña al discípulo que "aún la ignorancia misma es preferible a la sabiduría de la cabeza, si está no tiene la Sabiduría del Alma para iluminarla y dirigirla". Qué importante es alcanzar esa Luz que dan las experiencias, el Amor de las obras generosas realizadas, la transmutación interna que nos confiere ese algo más…que hace alquimia, y que despierta el Corazón celeste…

Siempre recuerdo aquello de "Por sus obras los conoceréis". Son nuestros actos...el testimonio vivo de aquello que dirige nuestra conducta... Cuando nuestro interés mayor sea vivir dando pasos hacia las luminosas verdades que nos inspiran desde los libros de sabiduría o desde esa voz del silencio.... Aunque pequeños serán constantes, y si nos desviamos nos enderezaremos...es parte del proceso natural de evolución.

Amigo mío...mañana más... seguiremos buscando la armonía...

Besos en tu corazón bueno, de tu amiga


Perséfone

fragmentos de LA ODISEA DEL ALMA

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