"Antes que el alma pueda ver, debe haberse alcanzado la Armonía interior, y los ojos carnales han de estar cegados a toda ilusión.
Antes de que el alma pueda oir, es necesario que la imagen (hombre) se vuelva tan sorda a los rugidos como a los susurros, a los bramidos de los elefantes furiosos, como al zumbido de la dorada mosca de fuego. (calumnias o alabanzas)
Antes de que el alma sea capaz de comprender y recordar, debe estar unida con el Observador silencioso, de igual modo que la forma en la cual es modelada la arcilla, lo está al principio con la mente del alfarero.
Porque entonces oirá y recordará. Y entonces al oído interno hablará
LA VOZ DEL SILENCIO
fragmento de LA VOZ DEL SILENCIO de H.P. Blavatsky (texto tibetano)
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